Una victoria para no dejar de creer

Tres puntos de oro. El Cádiz ha salido vencedor de su partido contra el Valencia gracias a su pegada y a su capacidad de sufrimiento. Los de Sergio González dan un golpe sobre la mesa y acaban con los fantasmas de las últimas jornadas, en las que los resultados se resistían. Hubo que sufrir y hubo mucha tensión, pero la victoria se queda en Cádiz.

Desde el principio se vio al Cádiz con un nervio que no tuvo ante Osasuna. Sergio había agitado el árbol con algunos cambios y el equipo estaba más enchufado, aunque le costaba traducir las posesiones en peligro real en el primer cuarto de hora.

La iniciativa era totalmente del Cádiz, que recuperaba el balón con velocidad después de cualquier pérdida. Tenía al Valencia metido en su área y sólo le faltaba crear oportunidades. Pero lo logró en el minuto 39 en un saque de banda de Luis Hernández, que fue peinado y rematado a gol por Escalante. La reaparición esperada con su instinto de siempre.

Y la segunda mitad comenzó de una manera inmejorable. Una jugada del Pacha por izquierda acabó con un gol de Guardiola. Todo de cara, pero muchos minutos por delante para asegurar un triunfo vital. Y no duró mucho la calma porque Ledesma no estuvo fino despejando un balón y marcó Lino aprovechando su error. Era el minuto 51.

El equipo lo notó muchísimo y empezó a sufrir como no lo había hecho en el resto del partido. Bongonda le daba aire al equipo con acciones desde la derecha, pero el partido había entrado en un ida y vuelta que no le interesaba al Cádiz.

Nada se parecía al primer tiempo ni al inicio de la segunda parte. El Valencia tenía el balón porque ahora era el Cádiz el que no era capaz de retenerlo. Los nervios, la presión y el cansancio hacían mella. Hasta el final tuvo que sufrir mucho para hacerse con la victoria, pero así sabe mejor.