El Cádiz está en LALIGA EA Sports por cuarta temporada consecutiva después de su último ascenso. Un auténtico milagro viendo los arbitrajes desde que llegó a la élite en la temporada de la pandemia. Deportivamente las cosas se habrán hecho mejor o peor en diferentes momentos, pero es evidente que ha tenido que soportar habitualmente arbitrajes lamentables como el de este domingo.
El dato destacado es que es el equipo con más penaltis pitados en contra en Primera División desde 2020, con 34 en contra y 16 a favor. Además, según señala el periodista Fran Martínez, es el equipo con más penaltis pitados en contra tras la intervención del VAR desde que se instaló la tecnología (14). Después de una revisión sólo han sido tres los penaltis a favor de los amarillos.
Suele pasar que la revisión de las acciones a favor de los cadistas o no se produce directamente o se descartan rápidamente. En este mismo partido contra Osasuna ha habido varias acciones en el área de Osasuna que quedaron sin sanción porque ni el árbitro ni el VAR quisieron seguir adelante.
El Cádiz ha protestado públicamente en más de una ocasión. Manuel Vizcaíno, su presidente, ha centrado sus críticas en la labor que estaba haciendo Luis Rubiales con el VAR. Después de la expulsión injusta de Chust en Vigo dijo el máximo mandatario amarillo que "hay aires nuevos en la Federación", pero por lo que se ve el objetivo sigue siendo el mismo.
Hay decisiones en cada jornada, y no sólo contra el Cádiz, que evidencian que se ha perdido el norte en el arbitraje español. Jugadas como la de Momo, que sólo puede ser sancionada por alguien que no haya jugado al fútbol en su vida, ni siquiera como un simple aficionado. Una situación lamentable que está dejando a LALIGA en un pésimo lugar.