Las lágrimas de Sergio González en su despedida: adiós entre aplausos al Cádiz

Sergio González ya no es entrenador del Cádiz. Manuel Vizcaíno, que ya ha descartado a varios técnicos, como Guillermo Abascal del Spartak de Moscú, o Pablo Machín, en el Apollon Limassol. El último en sonar es Mauricio Pellegrino, aunque este lunes por la mañana el protagonista ha sido el técnico de L'Hospitalet, que se ha despedido en sala de prensa. El ya excadista no ha podido aguantar las lágrimas en su mensaje de despedida, quebrándose la voz en varios momentos. A continuación, parte de sus emotivas palabras en su despedida:

En primera instancia dio gracias a Manuel Vizcaíno, a la dirección deportiva, la secretaría técnica, al resto del cuerpo técnico y, especialmente, a la plantilla, presente en su despedida: "Gracias a los jugadores, sois lo más importante que hay aquí. En películas no se han vivido momentos tan mágicos como los que hemos vivido nosotros aquí. Hay imágenes que van a perdurar en nuestra cabeza. Ese primer medio año con la salvación en Vitoria, momentos épicos, partidos muy muy buenos... Ahora mismo da la sensación de que nada de ello ha pasado pero hacedme caso. Habéis hecho muchas cosas muy bien. Sin vosotros, nosotros no habríamos vivido nada de esto. Gracias".

Posteriormente agradeció a Diego Ribera y a Sergio Dorado, que se marcharán con él: "Muchas gracias por ser mis escuderos, por vuestro trabajo y vuestra dedicación. Por soportarme y por soportarnos. Se cierra una puerta pero seguro que se nos abre otra", agradeció.

También tuvo palabras para el cadismo: "Gracias a la afición. El último recuerdo no es bonito, fue muy duro, me pareció como cuando te ejecutan en el coliseo romano, pero me olvido de eso. Me quedo con la comunión que hicimos. Cómo volábamos juntos en la primera temporada, cómo nos hizo volar en la segunda temporada... Pedirles que os sigan apoyando".

A Sergio González se le quiebra la voz hablando de su familia

También se acordó de su familia: "Agradecer a mi mujer, a Irene, por ser mi soporte, mi apoyo, mi luz. Le mando un beso gordo. Y a mis tres hijos, a Sergio, Gala y Lia. El otro día me preguntaban por qué ya no era el míster del Cádiz. Yo les dije que también, pero que a veces no puede ser todo".

Como colofón, dejó una reflexión: "Han sido dos años increíbles. Muy comprimidos, con mucho impacto y emociones. Es muy difícil no solo conectar con los jugadores, también con la directiva, con los trabajadores, con la dirección deportiva, como hemos conectado nosotros. Esto tiene un final. Nos vamos con la conciencia tranquila. Nos hemos exprimido al máximo, pero que eso no empañe lo que hemos hecho".

Tras la rueda de prensa, se despidió uno a uno de los jugadores y de casi todos los presentes en la sala de prensa.