El nuevo Cádiz que ha empezado la temporada necesita de la presencia de jugadores con experiencia que equilibren el equipo, que se está mostrando demasiado en frágil en defensa. Es una pésima noticia en esta categoría, donde todo está tan igualado, y por eso la incorporación de San Emeterio le puede venir muy bien a un conjunto que genera dudas.
Obviamente no se puede esperar un rendimiento a corto plazo del cántabro. Ya lleva varios días entrenándose con sus compañeros y no será nada raro si va convocado en breve. Su último partido con la camiseta amarilla fue el pasado 14 de enero, cuando a los 15 minutos tenía que abandonar el campo en el choque ante el Valencia.
El centrocampista fue intervenido en febrero de la rotura que sufría en el ligamento cruzado de su rodilla derecha. El club cadista informaba que el resultado de la intervención había sido muy favorable al no tener afectación de los meniscos. Ya se había perdido buena parte de la pasada temporada por otra lesión.
El jugador había quedado libre después del descenso del equipo, pero el club decidió seguir confiando en él. Renovó su contrato hasta 2026, con opción a una temporada más, y ahora el empeño del futbolista es devolver ese apoyo en el campo.
El centro del campo está siendo una de las parcelas del campo con más variaciones desde que empezó la temporada. En la primera jornada los elegidos fueron Álex Fernández y Diakité, mientras que ante el Levante actuaron Alcaraz y Escalante. Los dos fueron sustituidos ante el Tenerife porque no estaban repitiendo la buena actuación de una semana antes y destacó Tomás Alarcón en el regreso al equipo.
Ahora San Emeterio puede ser uno más en los planes de Paco López, que como otros entrenadores valorará ese despliegue físico en el campo que quizá no es llamativo para el gran público pero que es muy necesario para todos los equipos.