La derrota del Cádiz en Huesca ha hecho mucho daño. La imagen fue dantesca en algunos momentos del encuentro y en un proyecto que acaba de empezar y que necesita dar pasos en firme fue un retroceso tremendo. Nadie en el club se esperaba un partido así y hay preocupación con la deriva del equipo, pero por el momento Paco López sigue siendo la apuesta firme en el banquillo.
El Cádiz no ha sido capaz de ganar un partido todavía como local y está lejos de ser ese equipo dominador en el juego que busca su entrenador, pero a día de hoy la figura del valenciano no está puesta en duda en el club. Desde la finalización del partido de El Alcoraz no ha habido ninguna gestión en relación a una posible destitución y mucho menos se ha hablado de posibles sustitutos.
Cualquiera que conozca mínimamente el modo de proceder de Manuel Vizcaíno sabrá que no es de los presidentes que toma decisiones en caliente y tampoco de los que cambian de entrenador a la ligera. Ha apostado por Paco López y en el Cádiz se piensa que se lleva poco tiempo de trabajo como para poner en duda su capacidad para encauzar el proyecto.
Así pues, no hay ningún ultimátum para el técnico de Silla. Obviamente, si la deriva de los resultados no cambia y se mantuviera la mala imagen del último partido todo se podría replantear porque nadie tiene una credibilidad eterna, pero a día de hoy no está cuestionado donde se toman las decisiones.
El entrenador debe lograr buenos resultados por encima de todo, pero lo primero es definir a qué quiere que juegue su equipo. En este momento es un Cádiz que no es capaz de generar ocasiones con fluidez y que tampoco lleva la iniciativa. Para colmo, defensivamente deja mucho que desear. A la mayor brevedad debe conseguir que sea un equipo fiable en las dos áreas porque esta categoría no tiene respeto a nadie por mucho que venga de Primera.
Y, por supuesto, los jugadores no se pueden ir de rositas en este. Si el equipo ofreció una imagen lamentable se debe en gran medida a que buena parte de los futbolistas que estuvieron sobre el césped no tuvieron ni la actitud ni los recursos en el juego necesarios para competir. Eso también debe cambiar cuanto antes.