Carlos Mateos GilMadrid, 14 may .- Martín Mantovani (Mar del Plata, 1984) pondrá punto y final a su relación con el Leganés después de una trayectoria inolvidable que ha vivido en plenitud y de continuo ganándose el respeto de compañeros y aficionados por su compromiso con unos colores.
El 'cinco' era actualmente el único jugador que podía presumir de haber defendido el escudo del equipo desde la etapa de Segunda B hasta la actual en la máxima categoría del fútbol español, sin haber abandonado la entidad en ningún momento.
Fichado en el año 2013 procedente del Oviedo, detrás de sí dejaba un fiable camino en la división de bronce sumando a su paso por el conjunto asturiano otros por el Atlético Baleares, la Cultural Leonesa o el filial del Atlético de Madrid.
A vestir de rojiblanco llegó de la mano de su compatriota Juan Eduardo Esnáider, un ángel salvador que le rescató cuando la vida comenzaba a exigirle triunfar en el campo o ganarse el jornal fuera del mismo con otro oficio.
Afortunadamente para él logró su principal objetivo no sin esfuerzo y padecimientos, luchando para conseguir la doble nacionalidad y viviendo sinsabores como su amarga experiencia en el Targu Mures rumano.
Todo aquel sacrificio se lo ha devuelto el fútbol con creces durante los últimos años. Importante desde el primer día Asier Garitano el técnico, que también abandonará el banquillo cuando acabe la presente campaña, le dio pronto confianza y galones sobre el verde.
Eso le convirtió en un activo relevante no ya solo por lo que aportaba en el vestuario, donde su voz se hacía oír más alto que la de la mayoría de sus compañeros, sino también por sus actuaciones cuando jugaba.
Expeditivo en el corte, incansable en el cuerpo a cuerpo y efectivo a la hora de sacar el balón desde atrás suponía además un excelente arma a balón parado llegando a marcar once tantos durante su estancia. Algunos de esos goles se recuerdan aún como el que sirvió para decantar una apretada eliminatoria de ascenso contra el Lleida y que a la postre sería clave para alcanzar el ansiado ascenso a Segunda tras diez años fuera del segundo escalón.
En la categoría de plata no disminuyó su protagonismo y tampoco en la 2016-2017, cuando el club debutó entre los grandes. Sí dispuso de menos minutos este año, en gran parte debido a los problemas físicos que le impidieron tener continuidad.
Por lo que respecta a su número de encuentros oficiales estos suman un total de ciento sesenta y seis. Setenta acabaron en victoria, cuarenta y cinco en empate y cincuenta y uno en derrota. Atesora asimismo dos ascensos y el privilegio de capitanear al plantel que alcanzó de manera reciente las semifinales de la Copa del Rey.
Estadísticas al margen, Mantovani se va dejando un álbum fotográfico que nunca conocerá el polvo. Así, por ejemplo, fue el encargado de inspirar el cántico 'dale, dale, dale pepinero' que ahora resuena en las gradas del estadio. También se le recordará por el pelo azul que lució en el tramo inicial de su etapa en Primera.
Y, por supuesto, por las arengas que animaban a los suyos a comerse el césped durante noventa minutos. La más recordada y emotiva, sin duda, aquella antes del último partido en Segunda en Anduva contra el Mirandés que se difundió por todos los rincones.
"Anímate y apoya a tus compañeros, a esos que lo dan todo por ti, porque serán ellos quienes te levanten cuando flaquees. Levántate, aprieta los dientes y tira para adelante porque ya lo has hecho más de una vez. Estoy muy orgulloso de cada uno de vosotros, sois muy grandes". Palabras desde el corazón, un discurso que define su figura. EFE.