La historia de un 'desamor'

La relación entre Eduardo Berizzo y Fabián Orellana no es que haya sido siempre idílica, pero el entrenador argentino siempre ha mostrado públicamente una gran admiración por todo lo que el centrocampista chileno aportaba al Celta. En estos años, han sido muchas veces las que el preparador olívico ha destacado sus cualidades y lo importante que era para el equipo, pero en la vida todo puede cambiar. Esta es la historia de un 'desamor':

Orellana no tardó mucho en lesionarse por primera vez esta temporada, dos jornadas, un golazo al Real Madrid y más de un mes fuera en los que se perdió siete partidos (cinco de LaLiga Santander y dos de Europa League). Se recuperó y volvió por todo lo alto antes de volver a tener unos problemas físicos.
Y es que el futbolista se marchó con Chile, con permiso del Celta eso sí, y sin estar al 100% recayó de una lesión que explicó así, el pasado 17 de noviembre, el jefe de los servicios médicos del club, Juan José García Cota Cota:
"Esto lo vimos en la resonancia y se lo explicamos al jugador porque a veces los futbolistas no son conscientes porque no tienen una gran limitación y no son conscientes del problema que es" "En el partido contra Las Palmas tuvo un esguince de tobillo, pero no el habitual. El de él es otro. Tiene uno que se llama sindesmosis. Estos son dos ligamentos que unen la tibia con el peroné en la zona del tobillo y son, funcionalmente, muy importante para el tobillo. Son esguinces que hay que tratar con mucha cautela porque si no lo haces bien te puede dejar limitaciones durante mucho tiempo". A esto, añadió lo siguiente:
"Hablamos con el médico de la selección chilena, que estaba de acuerdo con nosotros. Por temas obvios, Orellana quería estar con su selección, pero ya sabéis que no jugó. Lo hemos visto tras su regreso y sigue con una molestia puntual, que le permite hacer cosas de campo pero en algunas cosas que hizo en Chile al hacer algún giro le molesta".
Sea como fuera, el caso es que Orellana jugó tres partidos más tras esta lesión de tobillo antes de volver a tener que parar de forma obligada (reaparece poco más de media hora contra el Betis y juega los 90 minutos ante el Sevilla y 83 frente a Panathinaikos), esta vez el motivo fue una rotura fibrilar de grado I en el músculo sartorio del muslo derecho.

El inicio del fin

El entrenador celeste estaba molesto, pues consideraba que jugador esta temporada no se estaba cuidando mucho Con estas llegan las Navidades y el primer gran desencuentro. Mientras por ejemplo, Marcelo Díaz, que también estaba lesionado, se queda en Vigo para recuperarse de sus problemas, el 'Poeta' se fue a Chile. Además de no quedarse trabajando con el Celta, el chileno tuvo un gesto que no gustó nada. Y es que no se presentó en Balaídos el pasado 22 de diciembre para ver el duelo de vuelta de los octavos de final que su equipo disputó contra el UCAM Murcia. 
Berizzo, debido al apretado calendario, solo le pudo dar descanso a los suyos desde el citado día 22 hasta el 30 de diciembre. El último del día año ya se ejercitaron en A Madroa y la sorpresa fue que Orellana alegó que no estaba preparado psicológicamente para recibir el alta médica. Eso volvió a poner a prueba los nervios del técnico argentino, que seguía sin poder contar con un futbolista que consideraba clave en el equipo.
El entrenador celeste estaba molesto, pues consideraba que jugador esta temporada no se estaba cuidando mucho, que no estaba comiendo ni descansando bien y que estaba pendiente de otras cosas que no solo eran el fútbol. 

El estallido final

El lunes de la semana pasada semana (9 de enero), por fin Fabián recibió el alta médica, justo a tiempo de jugar el encuentro de vuelta de la Copa ante el Valencia en Balaídos. Con el ok del jugador y de los servicios médicos, Berizzo quiso aclarar la situación con él y fue entonces cuando todo explotó y se ha llegado a la situación actual. 
Bonano le dijo a Orellana que tenía que ir a hablar con Berizzo a su despacho y le respondió con un "que se vaya a cagar. No voy" Según cuenta este miércoles el Faro de Vigo, tras el entrenamiento el técnico envió a Roberto Bonano al vestuario para pedirle a Orellana que se reúna con él en su despacho. El ayudante de Berizzo va de inmediato y delante de toda la plantilla le comunica el mensaje del míster. La respuesta que recibió Bonano fue contundente y en un tono suficientemente alto como para que todos sus compañeros lo escucharan: "Que se vaya a cagar. No voy". Tras esto, Orellana se duchó, se montó en su coche y se fue de A Madroa sin ir a hablar con su entrenador.
Esto fue la gota que colmó el vaso y tuvo el episodio final dos días después. Tras semanas sin prácticamente hablarse, el pasado miércoles cuando el chileno vio que no entró en la lista de convocados para el partido de vuelta contra el Valencia, entró en cólera. 
Desde hace semanas los dos protagonistas, jugador y entrenador, no se dirigen la palabra, y tras recibir el alta y verse fuera de la lista ante el Valencia, el chileno entró en cólera, según Ser Deportivos. Orellana enfureció y en una desagradable discusión con Berizzo en la que le faltó muy gravemente al respeto.

La mediación del club, sin efecto

En ese momento, el entrenador olívico no dudó ni un segundo y decidió que lo mejor para el equipo era apartar a Orellana, algo que confirmó con el club tras la reunión que pactaron antes del partido ante el Alavés por mediación del Celta entre técnico y jugador. 
El resultado de ese encuentro fue negativo y tras esta cita el Celta acordó con Berizzo la suspensión del futbolista y ponerlo en el mercado. La decisión parece firme e inalterable con el chileno, que no es la primera vez que tiene problemas con sus técnicos. 
Después, llegó la versión oficial de los hechos, la explicación de un Berizzo decepcionado, la confirmación de Felipe Miñambres de que el club apoyaba a su entrenador y que le estaban buscando equipo y las palabras de un Orellana que dice que "Berizzo fue una persona muy desleal" con él.