El Krasnodar, rival del Celta en los octavos de final de la Europa League, es un club del sur de Rusia fundado apenas hace apenas diez años por un oligarca, Serguéi Galitski, que lo ha convertido en uno de los equipos punteros de la liga rusa. Con solo cinco años de experiencia en la división de honor, este auténtico desconocido lleva tres temporadas consecutivas disputando la citada Europa League y esta es la segunda ocasión en que supera la fase de grupos.
En las últimas temporadas ha sido tercero, cuarto y quinto, por detrás de los grandes equipos del país, el Zenit, el CSKA Moscú y la pasada temporada, del Rostov. La principal amenaza de 'los toros', como es conocido el equipo, tiene nombre y apellidos, Fiódor Smólov, sin lugar a dudas el futbolista ruso de mayor calidad desde la aparición de Andréi Arshavin.
A sus 26 años y tras varias temporadas sin explotar, Smólov marcó 20 goles el año pasado y se proclamó máximo goleador del campeonato nacional. Inició la temporada en plena forma, pero una inoportuna lesión en septiembre ante el Niza, partido en el que marcó el primer tanto del partido, interrumpió su progresión.
A pesar de ello, ya lleva 16 goles en una veintena de partidos esta temporada, seis de ellos en la Europa League, y marcó el gol decisivo en Estambul ante el Fenerbahçe. Smólov es un clásico goleador en el sentido de que maneja las dos piernas y va bien de cabeza, pero es un delantero que sabe crearse sus propias ocasiones y también asistir a sus compañeros, como es el caso del colombiano Ricardo Laborde.
La pasada temporada estaba acompañado del veterano brasileño Ari, pero éste podría abandonar el equipo en breve con destino al Lokomotiv Moscú. Sin duda, uno de los mejores goles de la fase de grupos de la Liga Europa es obra de este futbolista ruso, que batió sutilmente al portero del Niza por el palo largo en el partido disputado en suelo francés.
Disputó la Eurocopa de Francia, en la que fue uno de los pocos jugadores rusos destacados, y es un fijo para el nuevo seleccionador, Stanislav Cherchesov. En una demostración de su compromiso con el club, rechazó una suculenta oferta de China, ya que su ambición es recalar en un gran club europeo cuando finalice la actual temporada.
Smólov forma una pareja letal con el centrocampista Pável Mamáev, un jugador universal del que depende en gran medida el juego ofensivo del equipo. Se perdió el partido ante los turcos por lesión, pero es el futbolista más fino de la plantilla y titular indiscutible desde que recalara en el equipo en 2013 procedente del CSKA.
Otro puntal de los rusos es su portero, Stanislav Kritsiuk, que se ha asentado como uno de los mejores guardametas del país y que es pretendido por varios clubes europeos. Para sus 1,92 metros de altura, Kritsiuk es bastante ágil, no arriesga en la salida del balón y apenas comete errores de bulto, cualidades que le han convertido en el portero suplente en la selección rusa, sólo por detrás de el intocable Akinféev (CSKA).
El equipo ruso cuenta con varios veteranos como Marat Izmáilov (34 años), antiguo futbolista del Sporting de Lisboa y del Oporto; Vladímir Bystrov (32) y Dmitri Torbinski (32), ambos componentes de la selección rusa que fue semifinalista en la Eurocopa de 2008.
Otros jugadores destacados con el central brasileño Naldo, antiguo futbolista del Granada y del Getafe; el lateral ecuatoriano Cristian Ramírez, formado en el Independiente; el centrocampista Víctor Claesson, internacional sueco, y el centrocampista uruguayo Mauricio Pereyra.
El Krasnodar entró en un bache de juego y resultados al poco de arrancar la temporada que le costó el puesto al entrenador, Oleg Kononov, que fue sustituido por Ígor Shalímov, exfutbolista soviético que militó en el Inter de Milán. Con todo, en octubre y noviembre encadenó una serie de victorias que le sirvieron para encaramarse hasta la quinta posición de la clasificación con 28 puntos, empatado con el tercero (Térek) y a doce del líder, el Spartak Moscú.
El Krasnodar, que se encuentra en pleno receso invernal y reiniciará la competición el 4 de marzo, disputa sus partidos de casa en su nuevo estadio, inaugurado en octubre y que tiene capacidad para 32.000 espectadores.
A diferencia de otras partes de Rusia, en Krasnodar, región bañada por el mar Negro y que incluye el famoso balneario de Sochi -residencia estival del presidente ruso, Vladímir Putin-, los inviernos son más suaves.