Durante esta temporada 2016-2017 el Celta está logrando gestas impensables hace tan sólo cinco años, cuando los celestes aún militaban en la Segunda división. Ahora, con el equipo vigués clasificado para cuartos de final de la Europa League por cuarta ocasión en sus años de historia, los datos apuntan al optimismo: es la primera vez que el Celta llega hasta dicha fase en una competición europea y gana los dos derbis gallegos en la misma campaña. Ha llegado la hora de romper todos los techos.
Repasando las clasificaciones para los cuartos de final de la entonces Copa de la UEFA del Celta durante tres temporadas consecutivas entre 1999 y 2002, hay otro dato que llama la atención. En ninguna de esas tres campañas logró lo mismo que en esta, llevarse la victoria en los dos O Noso Derbi de Liga. Además, en dichas ocasiones, el partido de la primera vuelta fue en Riazor y el de la segunda en Balaídos, justo al contrario de lo que ha sucedido ahora.
El balance en esas tres campañas es negativo: tres derrotas, un empate y dos victorias. Así, durante la 1999-2000, el encuentro en Riazor finalizó 1-0 para el Deportivo y en Balaídos el marcador acabó en 2-1 para los celestes, exactamente los mismos resultados que se produjeron en la 2000-01, como dato curioso. Y el último año, el Celta logró la proeza de arañar un punto a aquel 'EuroDépor' en su casa con un 2-2 pero en la segunda vuelta terminó cayendo por 0-2 ante los coruñeses en el feudo celeste.
Pero en esta ocasión no es así. El Celta ha vuelto a clasificarse para cuartos de la Europa League, sí. Ha jugado los dos derbis gallegos que le correspondían en esta campaña, sí. No obstante, se ha llevado la victoria en los dos: un flagrante 4-1 en Balaídos y el peleadísimo pero merecido 0-1 en Riazor de este pasado domingo. Y podrían servirle esos números para darle la vuelta a la tortilla y, esta vez sí, romper su techo en competiciones europeas y clasificarse, como mínimo, para las semifinales.
Si no lo logra, siempre le quedará la alegría de saberse digno campeón gallego. Si lo consigue, no sólo desatará la locura en la hinchada celtista, sino que romperá todos los moldes de su historia.