Nadie esperaba un partido tranquilo en Balaídos este miércoles. El Real Madrid se jugaba el campeonato de Liga, pero el Celta no iba a permitir que se llevara la victoria de forma fácil, y salió muy enchufado desde el minuto 1 del encuentro. Eso no bastó. Las decisiones arbitrales de Martínez Munuera, que hasta esta noche había dejado un gran recuerdo en el feudo celeste, emborronaron su actuación con un doble rasero que ha perjudicado al equipo vigués sin lugar a dudas.
El celtismo pensó que el colegiado valenciano ya se había equivocado lo suficiente en la primera mitad al no indicar una mano de Varane que, aunque fuera del área, detuvo un ataque del Celta enviándola fuera. Sin ser suficiente con eso, le mostró a Iago Aspas una cartulina amarilla por protestar la decisión. Y eso fue sólo el principio del fin.
Ya en el segundo tiempo y con un Celta que había logrado la posesión al completo del balón tras el 0-2 anotado por Cristiano Ronaldo, Aspas voló hacia el área madridista en busca del tanto que acortara distancias en el marcador. Pero Sergio Ramos, conocedor del talento del moañés, quiso impedir su avance derribándolo en el interior del área. Para sorpresa de todos los jugadores celestes y del público asistente a Balaídos, Martínez Munuera le mostró la segunda cartulina amarilla al genio de Moaña, entendiendo que había simulado la caída, siendo expulsado Aspas.
En la siguiente jugada y en el lado contrario del campo, es Jonny el que detiene el ataque de Cristiano Ronaldo, pero esta vez sin cometer penalti sobre el luso. El colegiado no indica la pena máxima, pero esta vez tampoco enseña al delantero madridista la amarilla por simulación, sino que la ve el propio Jonny tras su protesta por esta decisión.
Mismas jugadas, distintas consecuencias. Aspas acabó expulsado tras un penalti claro que cometieron sobre él y el Celta con 10 jugadores con el 0-2 en contra, mientras que el conjunto de Zidane no sufrió ninguna consecuencia a raíz de la polémica jugada.