Una plantilla con solo 17 jugadores de campo no permite pensar en grandes cambios en un once inicial. Así es el equipo diseñado por el Celta de Vigo y Juan Carlos Unzué, un conjunto que afronta la tercera jornada de liga tras el primer parón de selecciones que ha alejado a siete futbolistas de los entrenamientos del cuadro olívico.
Sin lesionados entre los internacionales, Juan Carlos Unzué dispone de 16 jugadores para diez puestos en el campo. Algunas de las piezas son inamovibles, primero porque no hay sustitutos de garantías y segundo, porque han podido entrenar con el resto de sus compañeros al no ser citados por sus selecciones.
En la portería, salvo sorpresa mayúscula seguirá Sergio Álvarez. En defensa Unzué pudo contar con sus seis defensas toda la semana, así que solo le queda decidir que pareja de centrales utilizará ante el Alavés, la formada por Cabral y Fontàs o la que componen Sergi Gómez y Roncaglia.
En la sala de máquinas es donde el Celta tuvo más ausencias, Radoja, Lobotka y Pablo Hernández no han estado entrenando con el equipo. Esto le da cierta ventaja a Daniel Wass y Jozabed. El que más minutos acumuló con su selección, Eslovaquia, ha sido Lobotka, por lo que podría ser suplente.
Arriba parece complicado que Unzué cambie sus planes respecto a las dos primeras jornadas, algo que hará, sin duda, en las siguientes. Emre Mor no ha entrenado con el resto de la plantilla, será convocado pero sus opciones de ser titular son nulas. Eso deja a Unzué con Aspas, Maxi Gómez, Hjulsager y Pione Sisto como opciones.
Cuando Emre Mor esté adaptado al equipo el extremo diestro será suyo, lo que provocará la entrada de Aspas como delantero centro, pero ante el Deportivo Alavés el moañés seguirá siendo el jugador de banda y Maxi Gómez volverá a tener la oportunidad de reivindicarse con goles ante su nuevo entrenador.