¿Otra revolución para recuperar el rumbo?, el once en Ipurúa

Cuatro puntos en cinco jornadas, ese es el escaso bagaje que acumula el Celta de Vigo en este arranque de temporada. Los jugadores siguen adaptándose a la filosofía de juego de un Unzué que no se plantea un cambio de registro. Ante el Éibar, tercer partido de la semana, entrarán caras nuevas, la idea reforzar a un equipo que se sigue mostrando terriblemente endeble en defensa.

Si Rubén Blanco no entró en el duelo ante el Getafe, parece complicado que lo haga contra el Éibar, Sergio Álvarez seguirá en la portería por sexta jornada consecutiva. Tras un inicio titubeante, el canterano no está cometiendo errores de bulto, aunque pudo hacer más en los goles del Espanyol y Getafe. Alterna grandes intervenciones con fases de descontrol en el juego áereo.
Los primeros cambios pueden llegar en la defensa, la endeblez mostrada por Sergi Gómez y Fontàs los conduce al banquillo. La pareja titular de la pasada temporada entrará en escena, Cabral y Roncaglia buscarán darle solidez a un equipo que sigue encajando con pocas ocasiones concedidas. Los laterales, sin sustitutos seguirán siendo para Jonny y Hugo Mallo.
En un campo donde el fútbol directo y la presión son muy comunes el navarro puede optar por un mediocampo de mayor presencia física. Pablo Hernández, el mejor ante el Getafe, se ha ganado seguir en el once, a su lado regresará Daniel Wass y Lobotka. Una sala de máquinas con menos claridad en el juego, pero con mayor capacidad de presión y recuperación.
Arriba, tras otro partido algo gris de Pione Sisto, el danés puede acabar en el banquillo dando entrada a Emre Mor, que ante los azulones mostró calidad y precipitación a partes iguales. Maxi Gómez, con cinco goles seguirá siendo el nueve lo que dejara a Aspas en la banda derecha, aunque con la libertad de moverse por todo el frente del ataque. Guidetti tiene opciones de entrar en la segunda mitad, lo que supondría su debut en esta temporada.