Llegaba el Celta con la clara intención de sacar puntos de Mestalla tras haber empatado la semana pasada en el Camp Nou. Y nuevamente el equipo de Unzué salió muy valiente, a por todas, si dejarse amedrentar por la situación de enfrentarse al segundo clasificado de la competición.
En esta ocasión no hubo premio, pero el Celta lo intentó y peleó e hizo sufrir mucho a un Valencia que se encontró con los tres puntos en un penalti tras un leve contacto del 'Tucu' sobre Nacho Gil.
Salió Unzué con el once esperado al césped de Mestalla. El 'Tucu' Hernández volvía a la titularidad por la suspensión de Jozabed, y en defensa Cabral y Fontàs se asentaban como la pareja de centrales titular con Sergi Gómez lesionado del hombro derecho por una luxación que le hará pasar por el quirófano.
Los dos equipos comenzaron el encuentro con las pilas a tope, muy activos en ataque. Y el primer susto llegó al poco de sonar el pitido inicial. En un córner botado por Parejo, Rubén Vezo remataba al poste llegando desde segunda línea. Avisaba el Valencia de sus peligros a balón parado nada más comenzar, ante una endeble defensa celeste con los centros aéreos.
El Celta no se dejó amedrentar por el conjunto ché y pronto se hizo con el control del esférico, algo que entraba en los planes iniciales del partido. Marcelino plantó sobre el césped su inconfundible 4-4-2 esperando al equipo vigués atrás en busca de la contra. El Celta cómodo con el balón en los pies buscó hacer daño a un Valencia que poco a poco iba adelantando líneas.
El peligro vigués, cómo no, llegó a través de las botas de Iago Aspas, al que le ha sentado muy bien el cambio de esquema de Unzué. Con el 4-4-2 sigue pudiendo caer a banda, pero ahora con mucha más libertad por el centro, donde más daño hace el de Moaña. Varias arrancadas suyas, con conducciones muy rápidas, generaron las principales ocasiones de peligro celeste.
Pero el Valencia metió una marcha más y se vino arriba en busca del gol. Con un Zaza, al que todo le salió bien y un Carlos Soler muy atrevido, los de Marcelino encerraron al Celta en su campo con varias llegadas de peligro de forma continuada. Sabiendo de la debilidad de los gallegos en los balones colgados al área, el equipo ché aprovechó mucho las llegadas de Montoya por banda derecha. La zaga celeste fue achicando como pudo cada uno de los centros del lateral salido de la Masía.
Y cuando tienes que estar achicando constantemente te terminan marcando. En esta ocasión llegó tras un centro en un córner, que remató Zaza en el primer palo, casi libre de marca, girando muy bien la cabeza. Merecía el tanto el conjunto local tras tantas embestidas, tanto número 10 del delantero italiano, que está firmando una gran temporada en sintonía con el resto de sus compañeros.
El gol en contra sirvió al Celta para dar un paso adelante para buscar el gol del empate, que a punto estuvo de llegar a los cinco minutos del tanto local. En el 33 Aspas remató de cabeza un centro de Pione Sisto, que atrapó Neto con problemas en dos tiempos.
Así se fueron los equipos al descanso, y así volvieron. El Celta salió a por el empate desde la reanudación y pronto encontró el premio. En una acción algo fortuita, Maxi remató a portería, su disparó salió rebotado por un defensa y en el segundo palo Aspas, que no perdonó ante Neto. Noveno tanto del delantero gallego que no pierde el ritmo goleador.
Con el tanto del empate, el partido volvió al plan inicial: posesión para el Celta y el Valencia esperando ordenado atrás buscando la contra. Con balones largos a Simone Zaza el conjunto ché hizo mucho daño buscando la espalda de la zaga.
El Celta intentó hacerse con el control del juego para evitar sustos. Con un gran Lobotka y un gran Pablo Hernández, que aportaron mucha clarividencia a la medular. Presionando arriba y buscando la profundidad de los laterales llegaron algunas de las acciones de peligro por parte del Celta.
Buscando esa profundidad con la que hacer daño, Unzué dio entrada a Emre Mor. Marcelino, al que tampoco le valía el empate, había dado entrada previamente a Nacho Gil y Santi Mina, precisamente con la intención se buscar la espalda a la defensa gallega.
La presión valencianista fue perdiendo intensidad con el paso de los minutos fruto del cansancio, pero cada centro al área seguía siendo sinónimo de peligro local, con un Zaza en plan estelar, yendo a por cada balón.
En una de esas acciones al borde del área, el Valencia se encontró con un penalti algo dudoso. Nacho Gil notó el contacto de el 'Tucu' y cayó dentro del área. El colegiado señaló pena máxima y Parejo anotó desde los once metros con dificultades, ya que el balón lo llegó a tocar Rubén.
Con el resultado en contra Unzué metió toda la artillería, dando entrada a Guidetti. Lo intentó y lo intentó el Celta sin recompensa, que en esta ocasión se fue sin premio tras un gran partido.
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