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Adiós al año más maravilloso de la historia

Alberto Bravo - María Trigo

Se va un año mágico, histórico y casi irrepetible para el Celta. Un año lleno de noticias, buenas y malas, de situaciones inesperadas, de éxitos, de goles que han hecho historia y errores que se quedarán para siempre en la retina de la afición del Celta. Adiós 2017, este es nuestro resumen.

El 2017 comenzó de forma inmejorable para el Celta goleando al Valencia en Mestalla y certificando el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey. Pero poco tardó el ambiente en enrarecerse, un acto de indisciplina de Orellana lo apartaba del equipo por expresa petición de Berizzo.

Celebración de un gol de Aspas (Foto: EFE).

El club tenía que lidiar con una situación anómala que solucionó con su cesión al Valencia, Berizzo se libraba de un problema mientras el Celta realizaba la primera gesta del 2017 eliminando al Real Madrid de la Copa del Rey. En lo deportivo todo funcionaba a la perfección mientras que el ruido institucional, con la oferta china para comprar el club y la campaña para que el Ayuntamiento vendiese Balaídos al Celta.
Esta situación enturbió el ambiente de la ciudad y dividiendo a la afición entre los defensores y detractores de Carlos Mouriño y su gestión, un problema que perduró a lo largo de todo el año hasta el acto de diciembre en el que se asentaron las bases para la concesión del coliseo vigués al Celta.
Si enero estuvo marcado por Orellana y la Copa del Rey, en febrero el protagonista absoluto fue la Europa League y la épica remontada celeste ante el Shakhtar Donetsk con ese penalti en el último minuto sobre Guidetti y el postrero gol de Cabral en el descuento. Una hazaña que será recordada en Vigo por muchos años.

Celebrando el pase ante el Shakhtar (Foto: EFE).

Ese mismo mes de febrero supuso la primera gran decepción del año para el Celta, las semifinales de la Copa del Rey ante el Deportivo Alavés. El sorteo había sido celebrado en el vestuario celeste como un premio, la final estaba más cerca, pero el Celta no supo lidiar con el correoso equipo vasco y vio como, una temporada más, se quedaba a las puertas de la final.

Historia en Europa

El Celta aún mantenía el pulso a la liga, pero las sucesivas eliminatorias en Europa iban minando sus recursos. Cayeron el Krasnodar y el Genk, una eliminatoria histórica que permitía a los de Berizzo alcanzar las semifinales de la Europa League. Un mes de abril donde los dos goles de Pione Sisto, en la ida y en la vuelta, sumados a los tantos de Aspas y Guidetti colocaban al Celta en el escalón más alto de su historia. 

La fiesta tras eliminar al Genk (Foto: UEFA).

Pero antes de eliminar al Genk, el Celta tomó Riazor con un tanto de Iago Aspas y una celebración que ya ha pasado a la historia. Tras los dos goles logrados en la primera vuelta, Aspas tomaba, asaltaba el coliseo herculino rompiendo de manera definitiva su gafe.

Un remate máldito

Con una mala dinámica en Liga el Celta fiaba todo a la épica, a la gesta de eliminar al Manchester United para estar en Solna, en una final europea. Los últimos días de abril y las dos primeras semanas de mayo fueron las fechas de la Afouteza, Vigo lucía celeste. La afición, el celtismo, soñaba con lo que parecía imposible.
Ni el 0-1 en Balaídos amilanó a la afición que se desplazó a Inglaterra para llevar en volandas a los suyos en Old Trafford. El Celta elevó la afouteza al Olimpo de los Dioses. Se olvidó del equipo que tenía enfrente mientras sus seguidores acallaban el santuario de los 'Diablos Rojos'.

Aficionados celestes en Old Trafford (Foto: LaLiga Santander).

Llegó la última jugada, una secuencia de imágenes que nadie olvidará, ese pase de Beauvue a un Guidetti que falló, el sueco se fue al suelo, había tenido en sus botas escribir la página más brillante de los 94 años de historia. Caer en Old Trafford fue una decepción, pero llena de orgullo, por haber llegado hasta donde nunca nadie lo había hecho y sobre todo por caer como se hizo, embotellando al Manchester United.
Los de Mourinho llegaron a la final, y luego la ganaron, pero su entrenador tras haber eliminado al Celta aseguró que si alguien tenía que sentir orgullo esa noche, eran los nuestros, los de celeste, los que tuvieron en ese remate la gloria eterna.

Guidetti lamentándose de su fallo (Foto: UEFA).

La temporada se había acabado, en liga no había nada que pelear y el equipo se diluyó como un azucarillo mientras el adiós de Berizzo sobrevolaba Vigo. Un adiós que se ratificó semanas después, posiblemente, el mejor técnico en la historia del club se despedía, sólo en una sala de prensa en la que ningún directivo le acompaño. En el recuerdo se llevaba la eterna gratitud de una afición que sabía que perdía a uno de los suyos.

Pancarta en la despedida de Berizzo.

Se acababa un ciclo histórico, la incertidumbre sobrevolaba al Celta, un nuevo entrenador, Juan Carlos Unzué, una nueva idea de fútbol y la ilusión por la llegada de nuevos fichajes. El club desembolsaba 27 millones de euros para contratar a Maxi Gómez, Lobotka, Emre Mor y Jozabed.
En lo institucional, la calma había llegado al Celta, Balaídos y la Ciudad Deportiva pasaban a un segundo plano mientras se negociaba una solución final que llegó en este final de 2017. Las obras en el estadio provocaron más de un susto y de un disgusto llegando el punto culminante ante el Atlético de Madrid.

Río cerrado ante el Atlético (Foto: LaLiga Santander).

Un partido con Balaídos vacío, con la Grada de Río cerrada y con una rueda de prensa previa de Carlos Mouriño en la que el estadio volvió al primer plano. Un Balaídos que sigue sin cubierta en Río, algo que ya no se podrá solucionar en este 2017 que ya se ha cerrado.
De vuelta a lo deportivo, el equipo no funcionaba, los resultados no acompañaban y sólo los goles de Aspas y Maxi Gómez permitían al equipo vivir una situación, tan tranquila como anodina, en liga. Críticas al juego, a la endeblez defensiva del equipo, a su facilidad para ser remontado.

Dos regalos de navidad

Pero el Celta tenía reservadas dos gestas más, en el Camp Nou y en Riazor. Los de Unzué lograban un épico empate ante el Barcelona de Valverde, anotaban dos goles e impedían que el Barça sumase un año entero venciendo en su estadio. Además de ser el único equipo esta temporada en marcarle en dos tantos en el mismo encuentro. 

Maxi celebrando su gol en el Camp Nou (Foto: EFE).

La línea de juego iba en ascenso, pero la decepción de Mestalla, con un arbitraje demencial de Munuera Montero, y la ausencia de Aspas ante el Villarreal impedían que el Celta ascendiese en la tabla. Llegaba el último partido del año, 'O Noso Derbi', con el Celta a sólo tres puntos del descenso.
Una semana de provocaciones desde A Coruña acalladas en el minuto tres, y ratificadas por el doblete de Aspas. El moañés quiere que el Deportivo sea su víctima favorita, el Celta cerraba en Riazor el año más ilusionante de su historia, un año donde la afouteza se paseó por el Santiago Bernabéu, Old Trafford, el Camp Nou, el Metalist o Riazor.

Aspas celebrando un gol en Riazor (Foto: RCCV).

Un año marcado por el ascenso fulgurante de Aspas, por el error de Guidetti en Old Trafford, por el adiós de Eduardo Berizzo y por una situación institucional convulsa que ha terminado, para alivio de celtismo y Vigo, con un apretón de manos. Un 2017 histórico, tal vez el mejor de los 94 años de historia del Celta, el año de la 'Afouteza'.
 

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