Trece años después Dani Abalo, canterano del Celta y actual jugador del Cartagena, volverá a pisar el césped de Barreiro. El de Arousa, una de las grandes promesas surgidas de A Madroa, no pudo triunfar en Vigo a pesar de disputar más de 100 encuentros con la celeste en sus siete años en el primer equipo.
Dani Abalo asombró a la afición en sus primeras apariciones en Balaídos, rápido, ágil, con desborde y regate, el canterano estaba llamado a ocupar la banda diestra del Celta durante una década. Rafa Sáez lo hizo debutar en el filial en diciembre de 2005, todavía en edad juvenil.
En el Celta B, Abalo y Aspas eran inseparables, las grandes promesas de la cantera. Con 19 años debutó en el primer equipo, bajo las órdenes de Fernando Vázquez. Ya en el Celta, Abalo comenzó su recorrido en Segunda con Hristo Stoichkov, pero tras la destitución del técnico búlgaro regresó al filial, donde seguía Iago Aspas.
Con un Celta acorralado por las deudas y en pleno proceso concursal la cantera se hizo hueco en el primer equipo y Dani Abalo era uno de los primeros jugadores en firmar su contrato profesional. El arousano se hizo con la titularidad y el Celta salvó la categoría con la actuación estelar de Aspas ante el Alavés en Balaídos.
A partir de ahí las cosas no le fueron bien a Dani Abalo, cada vez con menos oportunidades y con problemas anímicos para encajar las decepciones el jugador se fue diluyendo. Con Eusebio Sacristán se convirtió en un revulsivo, pero la llegada de Paco Herrera redujo su protagonismo a la mínima expresión a pesar de disputar 33 partidos, casi todos de suplente.
Con 24 años Dani Abalo debutaba en Primera, donde disputaría 67 minutos en cuatro encuentros, ante las pocas oportunidades saldría cedido en diciembre al Nastic de Tarragona, para volver a Vigo en el curso 2012/13. Sin minutos buscaría otra salida al Beira-Mar portugués.
Después llegaría su peregrinaje por todo el mundo, su momento más glorioso sería en el Ludogorets búlgaro, llegando a ser titular en la Liga de Campeones ante el Real Madrid. Luego jugaría en Turquía, regresaría a España para jugar en el Alavés, saldría a Polonia para llegar al Cartagena.
Ahora con 30 años y más de 300 partidos oficiales a sus espaldas volverá a Barreiro, donde el celtismo disfrutó, hace trece años de su habilidad. En Vigo no tuvo fortuna, pero alcanzó las mieles de la Champions, donde llegó a anotar dos goles, ambos al Liverpool.