El Celta rompe el maleficio y sueña en grande
Líderes, de forma momentánea pero líderes de Primera. Así cerró el Celta su partido ante el Atlético de Madrid en Balaídos, con un 2-0 tan merecido como trabajado. Mohamed ha devuelto la ilusión al Celta y su afición. El equipo se va al primer parón de selecciones con siete puntos de nueve posibles y con mimbres sin usar que invitan a soñar en una temporada mágica.
El celtismo tiene que acostumbrarse a un Mohamed que no esconde su once partido tras partido y que ha apostado por reforzar al equipo con cinco defensas, algo que en Vigo sonaría a herejía futbolística hace escasos meses. También sonaría a herejía que el Celta hiciese daño al Atlético a balón parado, pero así sucedió al minuto cinco con un centro sobre la cabeza de Roncaglia que a punto estuvo de suponer el 1-0.
Y este Celta, todavía en construcción, parece haber perdido la timidez de Unzué y recuperado la intensidad de Berizzo. El equipo vuelve a transmitir energía, valentía y ganas de ir a por la meta rival sin la tibieza de antaño, donde se necesitaban una infinidad de pases para superar la línea de mediocampo.
El Celta dominaba en la primera media hora y llegaba a la meta de Oblak, aunque con poca claridad. El Atlético, fiel a su estilo tal como había anticipado Antonio Mohamed, prefería esperar agazapado en su campo para aprovechar el error celeste, y llegó con un inesperado protagonista, Lobotka.
El eslovaco perdió la pelota y Griezmann gozó de la mejor ocasión del choque, aunque su disparo se marchó desviado. Los vigueses seguían con su plan, dominando la pelota, abriendo el campo con Júnior y Mallo y viendo como los pupilos de Simeone se empezaban a cargar de amarillas.
Correa era el hombre más incisivo del Atlético, su velocidad fue el único quebradero de cabeza de los celestes en una primera mitad sin apenas ocasiones pero con un dominador vestido de celeste.
Los de Simeone pegaron un arreón final en los últimos cinco minutos, donde atacó con algo más de convicción la meta defendida por un poco exigido Sergio Álvarez. Los dos equipos se marchaban a los vestuarios tras una primera parte con muy pocas ocasiones de gol.
Inicio arrollador
No había pasado ni un minuto de la continuación cuando Maxi Gómez adelantaba al Celta. El uruguayo dejaba atrás a un Godín que se resbalaba y batía a Oblak por el palo corto con una definición a la altura de los más grandes.
La fiesta celeste continuaba con la conexión A Madroa. Maxi centraba sobre la testa de Iago Aspas que cruzaba la pelota para hacer imposible la estirada de Oblak, en siete minutos de continuación el Celta ya vencía por 2-0.
Los de Simeone, superados
El Atlético, desarbolado, no era capaz de aguantar las acometidas de un Celta que olía la la sangre rojiblanca. Simeone se cargaba a Correa y Thomas para dar entrada a Lemar y Kalinic. El mediocentro colchonero debió ver la segunda amarilla justo antes de su sustitución pero Mateu Lahoz le perdonó la expulsión.
Tardó el Atlético en recuperarse de los goles celestes, pero dio un paso al frente en busca de un gol que le metiese en el partido de nuevo. Pero el Celta se defendía incluso de los balones parados colchoneros con gran seguridad.
Respondía Mohamed con la entrada de Okay Yokuslu para reforzar la medular celeste justo después de que Pione Sisto perdonase el tercero con un mal remate ya en área pequeña. Balaídos entonaba el 'Fútbol de Salón' ya que momentáneamente los de Mohamed se ponían líderes de Primera.
Expulsión y VAR
Savic veía la segunda amarilla por un juego peligroso en línea de tres cuartos. El Celta botaba la falta y Cabral cabeceaba por toda la escuadra para poner el tercero. El Celta marcaba a balón parado al Atlético de Madrid en una tarde inolvidable en Balaídos.
Pero apareció el VAR y Cabral tenía, por centímetros el hombro adelantado. Mateu Lahoz, con los jugadores del Atlético listos para sacar de centro anulaba el gol de Cabral. El reloj avanzaba, lento para el Celta y raudo para el Atlético, hacia los minutos finales.
Líderes de Primera
Mallo pudo poner la puntilla en el 80, pero Oblak, esta vez sí despejó el disparo celeste. Mohamed daba un respiro a Lobotka dando entrada a Brais Méndez. Mallo, completamente desatado, buscaba el tercero para redondear una gran tarde de fútbol en Balaídos.
Aspas se retiraba con una afición rendida a sus pies, que sí valora el nivel de su estrella tras el varapalo que sufrió este viernes al verse fuera de la selección española.
Un gol y una victoria que coloca al Celta líder momentáneo, el mejor regalo para Aspas, el Celta y su afición. Mohamed ha logrado devolver la ilusión de ver al Celta cada fin de semana.
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