Tameiga vuelve a decir no al Celta
Carlos Mouriño, presidente del Celta de Vigo, aseguró en su comparecencia ante los medios que seguían negociando la permuta de terrenos con los comuneros de Tameiga para construir parte de la ciudad deportiva del Celta en Mos. El máximo accionista celeste reveló que por los 188.000 metros cuadrados de los comuneros, el Celta les ha ofrecido más de 330.000 como permuta.
"Hemos realizado otra oferta a Tameiga para la permuta de los terrenos. Igual que ellos, coincidimos, nosotros nunca quisimos comprar el terreno. Ellos no querían perder monte, y no van a perder monte, la oferta en números redondos es que ellos nos ceden 188.000 y nosotros le permutamos más de 300.000. A uno por dos el cambio", aseguró Carlos Mouriño antes los medios este jueves.
En estos terrenos se situarían algunas de las instalaciones claves de la ciudad deportiva como el estadio para el Celta B, con capacidad para 4.000 espectadores, el pabellón multiusos y el área comercial, la construcción más polémica de toda la ciudad deportiva del club en el Concello de Mos.
Los terrenos ofrecidos para realizar la permuta con los comuneros serían reforestados por el Celta con "especies no invasivas" en un terreno que el Celta aseguró que era rústico aunque desde Tameiga indican que ya tiene la calificación de forestal. Desde Marca apuntan a que Antonio Cajide, presidente de los comuneros, ha vuelto a reafirmar su no a esta nueva propuesta del Celta.
"Siempre en operaciones similares planteamos permutas de ocho por uno e incluso diez por uno", cuando la del Celta no llega al dos por uno por lo que la nueva propuesta del club no satisface a la Comunidad de Montes de Tameiga que ya habían comunicado su negativa al Celta antes de que Carlos Mouriño la hiciese pública.
Ante este panorama, y con las máquinas funcionando en los terrenos de Pereiras, al Celta sólo le quedaría que el Concello de Mos iniciase un proceso de expropiación por interés público sobre los terrenos mancomunados de Tameiga, una opción con un encaje legal extremadamente complicado y largo. Más aún cuando en ocho meses hay elecciones municipales y Nidia Arévalo, actual alcaldesa de Mos, quiere revalidar su mandato.