El Celta se estrelló contra un muro, contra ese otro fútbol que nunca supo jugar y se desteta en Vigo. Los de Cardoso hicieron un ejercicio de fe para no rendirse ante el planteamiento ultra defensivo de un Leganés que regresa a Madrid con lo que quería, un punto en un empate sin goles en Balaídos.
Fiel al guión establecido por ambos entrenadores el Celta se hizo amo y señor del partido desde el pitido inicial ante un Leganés que juntaba su triple pivote a sus cinco defensas conformando un muro sobre el que los jugadores vigueses se iban a estampar una y otra vez.
Sólo los centros de Hugo Mallo, especialmente el rematado por Maxi Gómez pasando los diez minutos del encuentro lograban encontrar fisuras en la maraña tejida por Pellegrino. Fue Brais, con ayuda de Aspas, el que hizo el primer butrón a la muralla pepinera.
Ahí apareció Boufal que en una serie de regates y recortes imposibles se plantó ante un Cuellar que lo arrolló, las protestas celestes obligaron a Munuera Montero a consultar el VAR para que el colegiado jienense acabase señalando saque de puerta al considerar que Boufal buscó la pena máxima.
El Celta seguía manteniendo el control absoluto del juego a pesar de las escasas oportunidades que gozaba. Los de Pellegrino, encerrados, tuvieron la suya en una jugada a balón parado tras falta de Juncà que le suponía su quinta cartulina del curso. El saque de falta lateral fue rematado por Vesga, que le ganó el espacio a Jozabed, pero se marchó por línea de fondo.
El plan defensivo del Leganés iba surtiendo efecto en el último cuarto de hora de la primera mitad el Celta se alejaba cada vez más de la meta de Cuellar dando opciones a los de Pellegrino a intentar aprovechar la velocidad de En Nesyri y Carrillo a la contra. Los de Cardoso se fueron diluyendo a medida que no encontraban soluciones para abrir la lata madrileña.
La locura se adueño del choque tras el paso por los vestuarios. El Celta fue el primero en gozar de una clarísima ocasión de gol que no supo resolver con un mal pase hacia atrás dentro del área. Sin tiempo para lamentarse, los de Cardoso vieron como Rubén Blanco salvaba el tanto pepinero tras ganarle un cara a cara En Nesyri.
Los celestes volvían a dominar el esférico para estrellarse, una y otra vez, ante el muro visitante. Pase tras pase el Celta buscaba encontrar un resquicio por donde hacer daño mientras pasaban los minutos. Este apareció en un cabezazo de Maxi Gómez que se estrelló en la cruceta. En ese remate iba medio encuentro.
El Celta redobló su apuesta, dio entrada a Beltrán y Sisto, con fuerzas nuevas comenzó un nuevo y continuo acoso a la meta de Cuellar. Esta vez sí, el Leganés se veía sobrepasado. Primero Sisto, luego Beltrán probaban fortuna pero el gol seguía sin llegar.
Pellegrino reforzaba su medular con Eraso y En Nesyri asustaba a una grada entregada por el esfuerzo de su equipo. Ya en el 87 Brais dispuso de un remate a un metro de la línea de gol que Cuellar logró, in extremis, despejar a córner. Los de Cardoso lo intentaron hasta el final, pero el muro planeado por Pellegrino fue demasiado para las buenas intenciones locales.
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