El Celta jugó un mal partido, nunca estuvo cómodo sobre Butarque y aún así tuvo la mejor ocasión del encuentro ante el Leganés. Un remate de Aspas que, sobre la línea de gol sacó Omeruo, privó a los de Fran Escriba de suma tres puntos y cerrar casi la temporada.
El Celta saltaba a Butarque sabiendo que uno de sus rivales, el Real Valladolid había caído ante el Atlético de Madrid minutos antes de comenzar su duelo ante el Leganés. Con ese marcador ya cerrado los vigueses salieron al campo esperando ver las intenciones de su rival, que con una victoria cerrarían de forma casi matemática su permanencia.
Ambos contendientes no arriesgaban y los minutos pasaban de forma anodina sin que nada sucediese hasta que el VAR pidió revisar una posible mano de Cabral a cabezazo de Braithwaite que Martínez Munuera comprobaba en el pantalla a pie de campo para dar la razón al defensa argentino del Celta.
Era el Leganés el que intentaba dar un paso al frente a base de centros y balones largos en los que buscaba un error en la zaga celeste, por su parte el Celta, apenas era capaz de sobrepasar la medular salvo por alguna acción Aspas. Los minutos pasaban y el Celta, sin encontrarse cómodo apenas sufría en una primera mitad aburrida que tuvo su pizca de pimienta por la dura entrada de Recio sobre Mallo.
El paso por vestuarios sentó bien a los pupilos de Escribá que salieron con otro ímpetu al campo, fruto de esas mayores ganas llegó la primera ocasión celeste del encuentro. Hugo Mallo, con su zurda, remataba con potencia ante un Cuellar que tuvo que atajar el esférico en dos tiempos.
Aparecía Boufal, también lo hacía Aspas, y los vigueses comezaban a carburar y jugar en campo contrario. Era el moañés, en combinación con Maxi Gómez el que estaba a punto de adelantar al Celta en un remate de primeras que Omeruo sacó en la misma línea de gol mientras que Aspas era arrollado por Cuellar.
Ambos entrenadores comenzaban el baile de cambios buscando doblegar al rival sin éxito. Escribá modificaba sus bandas dando entrada a Boudebouz y Brais Méndez en lugar de unos desacertados Hjulsager y Boufal. El ritmo del encuentro volvía a decrecer en los últimos minutos con un Celta que parecía dar por bueno el empate que finalmente logró en Butarque para mantener la ventaja de tres puntos sobre el Girona. La lucha continúa, el Celta sigue en la pelea.