El ayuntamiento de Vigo acusó al Celta de mantener una actitud "claramente obstruccionista" en la ejecución de la reforma integral de Balaídos, y lo acusó de no colaborar económicamente "ni tan siquiera" con el mínimo firmado en el convenio de remodelación del estadio.
En una carta remitida por gobierno municipal al presidente del Celta, Carlos Mouriño, el teniente de alcalde y concejal de fomento, Javier Pardo, detalla que desde el pasado 29 de mayo se enviaron distintas notificaciones tanto al director general del club, Antonio Chaves, como al director de seguridad del estadio, Julio Vargas, informando de las obras.
En ellas, según el organismo local, también se le pidió al Celta que revisara la propuesta de colocación y numeración de los asientos de la grada de Rio Bajo antes de que empezaran los trabajos, y "nunca" recibieron respuesta de los representantes del club de fútbol.
"Esta actitud de obstruccionismo del Real Club Celta no va a impedir que el Concello de Vigo continúe con la mejora del estadio", avisa el equipo de Gobierno que lidera el socialista Abel Caballero, reelegido alcalde de la ciudad por una amplia mayoría absoluta en las pasadas elecciones municipales.
El ayuntamiento informa, además, de que la distancia horizontal entre asientos de fila contigua de Rio Bajo, que ha originado el último conflicto entre ambas instituciones, depende de la "geometría de la grada", por lo que presentan la misma distancia que las de la grada de Río Alto, instaladas en agosto de 2017 sin recibir "ningún retorno negativo" por parte del Celta.