El epílogo de Emre Mor en el Celta: las cajas de sus botas, en la basura

El Celta de Vigo continúa con su planificación de plantilla en un mercado de fichajes en el que, a falta de confirmación oficial, Emre Mor ha abandonado el club. El turco, que ya se ha despedido de sus compañeros en A Madroa, pondrá rumbo a Turquía tras llegar a un acuerdo con el Galatasaray.

Su marcha, en forma de cesión, no asegura que el futbolista no vuelva en un futuro. Es decir: en caso de que el club otomano decida no ejecutar la opción de compra por el futbolista, este volverá a Vigo. No obstante, un detalle ha destacado sobre otros en la mañana de A Madroa: y es que las cajas de sus botas ya están en la basura.

En los contenedores de la entrada de la ciudad deportiva se han podido observar dos cajas de botas de la marca que le patrocina. Estas están etiquetadas con el nombre de Emre Mor, el del Celta de Vigo y la fecha de expedición de los paquetes. Un detalle que bien podría representar dónde han acabado las esperanzas de una afición por un futbolista que, en su día, estaba llamado a marcar las diferencias. De cómo la apuesta en firme por un joven y talentoso jugador, que costó 13 millones a un club como el celeste, acaba marchándose por la puerta de atrás.

Una decepción de 13 millones de euros y un solo gol

Su incidencia futbolística se resume en un gol y tres asistencias en 39 partidos vistiendo la camiseta celeste. Apenas 1.408 minutos a lo largo de dos temporadas. Sus cifras en cuanto a actos de indisciplina, de hecho, superan su faceta realizadora dentro del terreno de juego. Tan solo dos años después de su lustrosa llegada, el Celta acepta un millón de euros por la bonificación de cesión y una compra opcional de siete millones, siempre y cuando el Galatasaray considere oportuno incorporarlo a título definitivo.