El Celta de Escribá, un solar ofensivo que oposita al descenso
Derrota muy dolorosa que deja al Celta de Vigo al borde del descenso y con un Escribá que no se puede permitir más tropiezos en esta semana. Así cayó el cuadro vigués ante una Real Sociedad que no propuso nada en Balaídos pero que se lleva los tres puntos tras jugar casi media hora con uno más después de la absurda y justa expulsión de Pape Cheikh y un error en la zaga que permitió que Isak, que había entrado en la segunda mitad anotase el único tanto del partido.
Lo había advertido Fran Escribá en la previa del encuentro, "hemos probado todo" mientras anticipaba que el equipo iba a sufrir cambios, tanto de nombres como de sistema y mecanismos, y el valenciano cumplió con lo prometido plantándose ante la Real Sociedad con cuatro caras nuevas - Araujo, Olaza, Pape y Brais Méndez - en un 4-3-3 dibujado sobre el césped de Balaídos en fase ofensiva que traducía en un 4-4-2 en el repliegue defensivo.
Estas no eran las únicas novedades de un Celta que se lanzó desde el primer minuto a ejercer una presión adelantada en la que se notaba la falta de coordinación entre los distintos jugadores. La Real de Imanol, inmutable ante el juego de presión celeste buscaba llevar el control del juego bajo la manija de Odegaard.
Las ocasiones llegaban a cuentagotas, tanto para el Celta como para la Real Sociedad, ninguno de los dos equipos lograba rematar entre los tres palos hasta que Olaza, con un tímido balonazo pasando el minuto 20 que atrapó sin problemas Remiro.
El Celta, mejor con el paso de los minutos
Pasaban los minutos y la igualdad reinaba en Balaídos salvo por algunas oportunidades de la Real Sociedad, especialmente una gran arrancada de Zaldua que ya, en el área rival no supo como terminar la jugada. Dio la respuesta en Celta en un remate de Santi Mina que a punto estuvo de convertirse en el primer tanto el partido.en el 35'.
Tuvo otra, todavía más clara en el minuto 41 en un final de parte en el que el Celta fue superior a la Real dejando buenas sensaciones ante uno de los mejores equipos de LaLiga Santander.
El paso por vestuarios trajo un cambio de sistema, ante la poca participación de Aspas en el juego, el equipo volvía al 4-4-2 con Aspas ahora de delantero con Santi Mina. Ambos equipos continuaban una igualada batalla en la segunda mitad sin que ninguno fuese capaz de imponer su juego sobre el rival. La igualdad en el campo se traducía en muy pocas ocasiones.
Dos problemas inesperados
El primer contratiempo en el Celta llegaba tras una entrada de Araujo en la que el mexicano salió peor parado. Tras ser atendido por los galenos celestes solo pudo aguantar 7 minutos sobre el césped para pedir el cambio en el 60'. Jorge Saénz entraba en su lugar.
En el 65' Pape cometía una falta innecesaria, a destiempo y tan clara que el colegiado no pudo evitar mostrarle una justa segunda amarilla que dejaba el Celta con 10 el resto del encuentro. El partido se ponía de cara para la Real pero eran los celestes los que se acercaban cada vez más a la meta de Remiro.
Un palo inmerecido
El Celta se pudo quedar con 9 en una acción en la que Iago Aspas perdió los nervios tras una entrada sobre Merino que le pudo costar dos amarillas. Y cuando el Celta podía pensar en sacar algo positivo del encuentro un error en la zaga, el primero de todo el partido era aprovechado por Isak para poner el 0-1 en el 81.
Por detrás en el marcador y con uno menos el Celta apenas logró inquietar la meta de Remiro que solo tuvo que parar dos disparos celestes en todo el partido, el de Lucas Olaza en el minuto 21. Porque el Celta mejora en defensa pero sigue siendo un solar ofensivo incapaz de marcar un gol.
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