Fran Escribá está en la cuerda floja, tras cuatro derrotas consecutivas las balas en la recámara del técnico del Celta de Vigo se han acabado y su destitución puede producirse en las próximas horas. Tras perder ante el Getafe el valenciano no quiso profundizar sobre su futuro al ser preguntado por su más que posible salida del Celta.
"De mi futuro no voy a decir nada, no es una decisión mía, mi obligación es mañana levantarme y entrenar al equipo, salvo que me digan lo contrario, y pensar en ganar el siguiente partido. Entiendo con los resultados que hay que es una pregunta lógica y que la gente quiere saberlo", respondió el técnico.
Fran Escribá aseguró que se siente "con fuerzas y con el apoyo del vestuario, sino no estaría aquí porque una cosa es tener un contrato y otra aferrarse a el, sino creyese en que estoy capacitado para sacar esto me habría ido ya". Pero que el mero apoyo del grupo no sirve de nada si no hay más trabajo detrás: "Que el grupo apoya al cuerpo técnico, es verdad, siempre lo dije, pero también es verdad que solo con el apoyo no se sale de ahí, tenemos que hacer mucho más".
El entrenador lamentó que "se nos van los partidos por pequeños detalles, la diferencia entre un buen o un mal resultado es más pequeña de lo que parece. Al sumar tantos malos resultados parece que todo es un desastre, pero perdemos por detalles". Por último, respecto a su agónica situación, Escribá quiso subrayar que "me siento responsable pero es cierto que ocurren cosas que no son controlables desde fuera".
Analizando el partido ante el Getafe el míster del Celta reiteró que "ante este equipo era fundamental no cometer errores y en el peor de los casos, como ellos no iban a generar mucho y a nosotros tampoco nos iban a dejar, pues empatar a cero. Te hubieses ido fastidiado pero con la sensación de que era lo que el partido pedía, pero si concedes errores tan graves es mucho más difícil".
Continuando con este discurso Escribá comentó que "sabíamos que el partido iba a ser muy trabado, pero ante el Betis la mejoría del equipo fue muy grande, pero hoy el partido ha sido muy difícil por el rival, por el mal tiempo que afectó al campo y porque no estuvimos acertados".
"El juego directo fue nuestro último recurso, dejamos defensa de tres para abrir con Brais y Pione para tener a dos delanteros e Iker en el área, pero no se dio. Supimos ver donde estaba la salida del balón con Hugo y Lucas pero no tuvimos continuidad", terminó el valenciano, un técnico que está viviendo sus últimas horas al frente del Celta de Vigo.