Munuera Montero tendrá que pedir, la próxima vez que visite Vigo, protección a los cascos azules. El colegiado jienense se ha convertido en una pesadilla para el Celta de Vigo cada vez que la Federación elige a este árbitro para que imparta 'justicia'. Lo que que para Munuera no es merecedor de roja siendo el encargado de la sala de VAR ante el Real Madrid si lo es contra el Celta como primer árbitro.
Excesiva, así se puede calificar la tarjeta roja a Bradaric por la entrada que realiza sobre Bustinza, pero tampoco se puede considerar un atraco que el colegiado decida optar por este color en lugar del amarillo. El problema es que Munuera Montero, con un historial infinito de destrozos y agravios al Celta, ha demostrado que hay dos reglamentos, el que se aplica a los grandes y el que le toca sufrir al conjunto vigués.
Si la entrada de Filip Bradaric es merecedora de expulsión la que hace Gareth Bale sobre Rafinha hace poco más de seis días en el Santiago Bernabéu no se merecía una roja, se merecía el infierno de Dante entero. Y ese es el principal problema para la que se quiere catalogar como la mejor liga del mundo. Lo que para el Real Madrid y una de sus estrellas no es para un humilde club como el olívico sí lo es.
Y la expulsión de Bradaric duele más porque quién la señalado ha sido reprobado por el Celta de forma pública debido a sus continuos problemas cada vez que tiene que dirigir a los vigueses. Desde su primer partido, también ante el Leganés y en Balaídos, hasta este último la lista de errores, todos en contra del Celta, es demasido amplia para que el celtismo olvide.
Pues la dirección del Celta de Vigo, definitivamente, debe reprobar a este "Sr." Munuera a perpetuidad y si la dirección de arbitraje, vuelve a situar a este "Sr." en Balaídos, no quiero imaginar lo que podría suceder.