Hace dos años Aspas lloró como un niño y emocionó al mundo
El 30 de marzo de 2019 siempre estará presente en la memoria de la afición del Celta de Vigo, pero también en el recuerdo de cualquier aficionado al fútbol que justo hace dos años acabó emocionado junto a Iago Aspas. Este 30 de marzo de 2021 se cumple el segundo aniversario de las lágrimas del delantero de Moaña, completamente desbordado en el banquillo, tras haberle dado la vuelta al partido ante el Villarreal con dos goles tras haber estado lesionado los tres últimos meses. A Nosa Reconquista llegaba a su culmen. El Celta era capaz, gracias a Aspas, de seguir viviendo, de seguir peleando cuando ya se sentía muerto sin su estrella.
Dos días antes, el 28 de marzo, Aspas recibía el alta médica para disputar el trascendental duelo ante el Villarreal donde el Celta se jugaba la permanencia en LaLiga Santander tras permanecer tres meses desnortados sin su líder. Diez partidos sin Aspas, ocho derrotas y cuatro puntos. Una derrota más en el duelo ante el Getafe, donde intentó regresar antes de tiempo y terminó de nuevo lesionado.
El recibimiento, con miles de gargantas celestes empujando el autobús del equipo, con cientos de bengalas tiñendo el cielo de Vigo aventuraban un feliz desenlace. Lo que nadie se esperaba es que el Villarreal se pusiese 0-2 por delante con goles de Ekambi y Pedraza antes del minuto 15.
Así se fue el partido al descanso, con el Celta virtualmente descendido y la afición completamente abatida. Pero llegó Aspas para para acortar distancias. Luego un debutante Olaza ponía un soberbio centro para que Maxi igualase el partido.
Pero fue en el 85' cuando Víctor Ruiz derribaba a Brais Méndez y el colegiado Gil Manzano señalaba el punto de penalti. Aspas era el encargado de anotar el gol de la remontada, el 3-2, que abría el cielo para el Celta. Escribá pidió el cambio para Aspas y ya en el banquillo estalló.
Por tensión, por responsabilidad, por celtismo... Iago Aspas lloró como un niño, y sus lágrimas enternecieron al mundo del fútbol, un fútbol que por un momento se reencontraba con su esencia original.