Kevin encarna la felicidad de un celtismo que llevaba dos años sufriendo

Kevin Vázquez volvió a demostrar que está listo para cualquier batalla. El canterano sustituyó a Hugo Mallo a los seis minutos del encuentro ante el Osasuna y completó un notable encuentro. Un duelo que tuvo que acabar con una brecha en la cabeza y un gorro de piscina tras chocar con Brasanac. Por ello el lateral zurdo bromeó al asegurar que solo le faltaron una gafas para nadar un poco. Lo que sí celebró el de Nigrán es que el Celta de Vigo ya esté salvado y pueda acabar de manera plácida la temporada tras el sufrimiento de los dos últimos cursos.

"Estoy bien, con los tres puntos en la mano del equipo mejor, a mí me van a poner unos más", bromeó el defensa que recordó que tras tener que jugar los últimos minutos con un gorro de piscina "me faltaron la gafas para nadar un poco". Coudet, que valoró su profesionalidad y lo puso de ejemplo para el resto de suplentes, quiso destacar en sala de prensa a Kevin.

El jugador reconoció que entrar frío en el minuto seis del encuentro "no es fácil. El ritmo es muy alto y apenas tienes tiempo para calentar". El canterano cree que entró "bien al partido, un partido de mucha intensidad" ante un Osasuna al que le gustan ese tipo de duelos. Sobre los golpes que recibió durante el choque confesó que "cuando tocan, tocan. Soy un jugador al que le gustan esos duelos, voy a todas y al final me llevo algunas".

Sobre su gran ocasión de gol, un potente remate desde la frontal, también bromeó: "Pudo salir ahí, por dentro o a la Calle Aragón". Lo que sí destacó es que llegar a esta jornada con 41 puntos y ya salvamos es "importante para todos". Recordó que para el celtismo es un aire nuevo porque "llevamos dos años sufriendo mucho. Es una felicidad estar así a estas alturas de la temporada". Kevin concluyó asegurando que es el momento de "disfrutar, competir y seguir ganando".