Alberto Solís se despide: "Es imposible no soltar alguna lagrimilla"
Alberto Solís, centrocampista sevillano que ha jugado en el Celta de Vigo desde 2015, se ha despedido de la que ha sido su equipo en los últimos años. El joven futbolista de 23 años se va con el regusto amargo de no haber podido debutar con el primer equipo en un partido oficial pero con la satisfacción de considerar Vigo como su casa y de sentirse querido por la afición. "Ha sido un orgullo defender este club. He dado todo lo que tenía desde el primero hasta el último día. Gracias por tanto Celta", escribió en su cuenta de Instagram reconociendo que le cuesta recordar tantos buenos momentos sin soltar "alguna lagrimilla".
"Parece ayer cuando llegué a la Madroa por primera vez y, casi sin darme cuenta, han pasado ya seis años. En ningún momento imaginé que todo iba a ser tan bonito y gratificante. Poder defender al RC Celta y ser canterano de este gran club me llena de un orgullo enorme", apuntó Alberto Solís.
"Me fui a Vigo siendo un niño y me acogieron si estuviera en mi casa. Me lo pusieron todo muy fácil. Son tantos los momentos vividos que al recordarlos es imposible no soltar alguna lagrimilla" continuó el de Tomares que recordó su paso por los juveniles, algunas duras temporadas en el filial y su participación en un amistoso ante el Oviedo en pretemporada jugando con el primer equipo además de poder lucir el brazalete de capitán en el Celta B en una temporada en la que el filial casi logró el ascenso a Segunda División.
Por ello Alberto Solís no dudó en decir que "para mí Vigo siempre será mi casa y jamás podré devolver a la ciudad y al club todo lo que me han dado". El centrocampista se mostró "muy agradecido con las personas que han aparecido en mi camino esta etapa de mi vida" porque "ellos son los verdaderos culpables de haber disfrutado tanto este tiempo allí".
"Está etapa llega a su final. Me despido de todos vosotros celtistas. Ha sido un verdadero placer sentir vuestro escudo y darlo todo por este club", confesó un Alberto Solís que se despide con un "hasta siempre". El centrocampista jugó 78 partidos con el Celta B, en los que marcó 11 goles. Las lesiones, algunas de ellas muy graves, impidieron que acabase jugando en el primer equipo.