Rubén Blanco, el teórico portero titular del Celta de Vigo, ha comenzado su particular lucha contra el calendario para poder llegar al 15 de agosto. Dentro de poco más de un mes el equipo debutará en Liga en Balaídos ante el Atlético de Madrid y Rubén aspira a tener el alta médica tras la grave lesión de rodilla que sufrió en el pasado mes de marzo. El canterano ha podido entrenarse sin limitaciones dentro del plan especial de trabajo que le han diseñado García Cota y el resto de servicios médicos del cuadro celeste.
El galeno, que regresó este mismo miércoles de Londres tras la eliminación de la selección española en las semifinales de la Eurocopa en Wembley, declaró en la Radio Galega que el meta por ahora ha logrado esquivar el quirófano y que trabajará para reforzar esa rodilla para que no vuelva a sufrir una lesión en el ligamento lateral izquierdo.
Este martes el club actualizó su parte médico para confirmar que Rubén Blanco, que aún no se ha entrenado con el grupo, ha podido realizar el trabajo previsto sin limitaciones. García Cota también había reconocido que para un portero entrenarse sin el resto del equipo es complicado y que será en ese momento cuando se pueda conocer a la perfección en que momento de la recuperación se encuentra. El objetivo es poder recibir el alta médica antes del comienzo de la temporada 2021/22.
La lesión de Rubén Blanco, una rotura de alto grado del ligamento lateral interno de su rodilla izquierda, iba a suponer un periodo de baja de ocho semanas. Este plazo, debido a la inestabilidad que sentía el portero en la rodilla y sus malas sensaciones, provocó que el mosense no pudiese llegar al final de la pasada temporada.
Durante las vacaciones se especuló con la opción de operar esa rodilla, que recibió un tratamiento conservador sin pasar por el quirófano, de ahí que Eduardo Coudet pidiese un portero. Ahora Rubén Blanco buscará poder estar listo para competir tras cinco meses en el dique seco, que se cumplirán una semana antes del comienzo de la nueva campaña.