Souleymane Cissé llegó al Celta B procedente del Stade de Mbour en verano de 2019 como una apuesta de la dirección deportiva. El espigado central senegalés, internacional en once ocasiones con la selección sub 20, apenas contó para Jacobo Montes y Onésimo en su primer curso en el filial celeste. La pasada temporada jugó cedido en el Arenteiro de la Tercera División desde el mes de enero. Tras su regreso el Celta decidió que no continuase este curso. Con la carta de libertad bajo el brazo Souleymane Cissé ha logrado firmar por un equipo de la Ligue 2 de Francia, el Quevilly Rouen Métropole.
Sin duda se trata de un importante salto cualitativo en su carrera ya que en España no fue capaz de jugar en Segunda División B y tampoco fue titular indiscutible en Tercera División. En Vigo sufrió un duro proceso de adaptación en a causa del idioma, algo que ahora no sufrirá en Francia, lo que le llevó a quedarse en blanco el curso 2019/20. En esa campaña solo jugó 32 minutos en dos partidos.
Esta campaña, aún en el Celta B, Onésimo le dio algunos minutos en los primeros partidos de Liga pero sus actuaciones, muy pobres, le relegaron de nuevo al banquillo. El central no tenía nivel con el pie ni conocimientos tácticos mínimos para poder arrebatarle un puesto a Lucas Cunha, Ferrares o Carlos Domínguez. De hecho Markel Lozano, centrocampista defensivo, jugó por delante de él.
En enero el Arenteiro, que ha logrado el ascenso a 2 RFEF, apostó por su incorporación. El senegalés jugó en 15 de los 24 encuentros en los que estuvo citado disputando algo más de 700 minutos en Tercera pero sin apenas participación en la fase final de ascenso. El cuadro ourensano descartó su continuidad y el Celta decidió no ejecutar la ampliación de contrato que tenía. Ahora Cissé jugará en la segunda francesa en un equipo que terminó octavo la pasada campaña tras superar un periodo de prueba que le llevó a jugar un amistoso ante el Estrella Roja.