Felipe Miñambres y el Celta de Vigo podrían darse el adiós definitivo este próximo 30 de junio de 2022. Tras seis temporadas al frente de la dirección deportiva el leonés y su ayudante, Ángel Medina, tienen más cerca que nunca su salida del club vigués al finalizar el actual curso 2021/22. Solo un giro importante permitiría variar una decisión que ya pudo llegar la campaña anterior, cuando Felipe Miñambres firmó la ampliación de su contrato el pasado 3 de junio de 2021, días antes de la finalización del mismo.
El Celta deberá buscar, cuando se haga oficial esta salida, un nuevo responsable del área deportiva. Tras seis temporadas con Felipe Miñambres al frente de la secretaría técnica el club se encontrará en una encrucijada en la que deberá decidir qué hacer de cara al futuro. La directiva puede ir al mercado a buscar un nuevo director deportivo, algo que ya hizo la pasada temporada cuando negoció con más personas que Felipe Miñambres, o promocionar a una persona que ya forme parte del organigrama de la entidad celeste.
El curso pasado, mientras Felipe Miñambres y el Celta no se habían sentado a negociar una continuidad más que complicada, el club llamó a varios directores deportivos para conocer su predisposición a firmar por ellos. La respuesta de todos ellos fue negativa. Hubo distintos motivos, pero uno de ellos es la escasa capacidad de maniobra que permite el Celta a su director deportivo. Algo que se ha acentuado todavía más con la alta cota de poder que tiene Eduardo Coudet en el club, transcendiendo su rol de entrenador para ser también una parte activa e importante en la composición de la plantilla.
Esa es una de las principales limitaciones que se encontrará el Celta para contratar un nuevo director deportivo si se acaba cristalizando la marcha de Felipe Miñambres y Ángel Medina. La otra es la merma de ingresos que están teniendo que afrontar todos los clubes de Primera y Segunda División. Los vigueses no son ajenos a la crisis económica producida por la pandemia del coronavirus y podrían buscar ajustar y cuadrar mejor sus cuentas contratando a un director deportivo con una ficha inferior a la de Felipe Miñambres y Ángel Medina.
En este aspecto, si el maragato y su hombre de confianza, aceptasen una importante rebaja en sus emolumentos se podría llegar a un nuevo acuerdo para continuar una séptima temporada en Vigo. Pero esta situación se trataría más adelante ya que el club, como ya sucedió la pasada temporada, no tiene ninguna prisa en sentarse a negociar una ampliación de contrato. Otros nombres de directores deportivos gustan en A Sede.
Uno de ellos es el de Sergio Fernández. El leonés es el máximo responsable de la dirección deportiva de Alavés desde el año 2016. Posee un largo y exitoso historial a pesar de contar solo con 46 años. Real Murcia, Hércules y Eibar han sido los equipos donde ha trabajado como responsable de la parcela deportiva antes de recalar en Vitoria. Además fue segundo entrenador del Real Betis en la temporada 2013/14, un curso para olvidar en el conjunto verdiblanco y que terminó con con un descenso a Segunda División. Un perfil similar al de Felipe Miñambres, exjugador profesional, con experiencia en los banquillos y con una carrera notable en la dirección deportiva en clubes con menos recursos económicos que el Celta. No es el único director deportivo que gusta en A Sede y su contratación tiene un importante problema. Sergio Fernández tiene contrato con el Deportivo Alavés hasta junio de 2023.
Otra de las opciones que se manejan en A Sede si la salida de Felipe Miñambres se acaba certificando en los próximos meses es ascender a alguien del organigrama actual. En la dirección deportiva del Celta de Vigo trabajan varias personas. Borja Oubiña y Mario Bermejo están integrados en ella aunque el canterano ahora tiene un papel más preponderante en el día a día del primer equipo. La persona que ha ido ganando peso esta temporada es Alfredo Merino. El responsable de captación de las categorías inferiores llegó el pasado verano tras seis temporadas en el Real Madrid. Profundo conocedor de las categorías base su papel en el Celta ha ido creciendo.
En el club no verían con malos ojos que Alfredo Merino pueda hacerse cargo de la dirección deportiva a pesar de su falta de experiencia en el mercado profesional de Primera División. El club, con su habitual forma de trabajar, no ve esto como un grave impedimento. Las decisiones más importantes se toman en la cúpula directiva, que es quien autoriza y negocia los fichajes que salen de una larga lista de candidatos que sí aporta la dirección deportiva. Una lista en la que ahora también participa Eduardo Coudet, con voz en la planificación deportiva.
Con estos condicionantes el Celta entiende que Alfredo Merino sí está capacitado para dar ese paso al frente aunque el actual responsable de captación de las categorías inferiores ha mostrado ciertas reticencias a ascender hasta la dirección deportiva al considerar que no es su mercado. El club, en un contexto de crisis económica, también ve los números con este movimiento podría ahorrarse el sueldo de Felipe Miñambres y Ángel Medida por una ficha más barata.
Non podemos deixar nas mans de Coudet a política de fichaxes do Celta. É un grande míster, mais fichando... Temos o mellor DT xa na casa. Pedir-lle a Aspas que compatibilice o cargo co de xogador e estrela da equipa. E dicir, que dirixa o área deportiva dentro e fora do campo. Afouteza! Sempre ASPAS! Sempre CELTA!
Viendo el peso adquirido por Coudet en las diferentes secciones del club, se antoja una tontá la sustitución de Miñambres. Figura que, al margen de su mayor número de sombras que de luces al frente del cargo, había mermado en favor del argentino. Reducida a mero espectador que ve como la bola va de un campo al otro, del banquillo a la presidencia y vuelta al primero. En este plan como digo, una contratación y tirar el dinero son la misma cosa. Salvo por un particular, la ortodoxia futbolera. La que dice que un club que se precia y presume de solera, ha de tener de tó como en botica. Y bien sabemos que la imagen y el qué dirán, son generalmente una montaña cuya escalada está al alcance de muy pocos