Mucho antes de lo esperado dijo adiós el Celta de Vigo a esta nueva edición de LaLiga Promises Internacional. El Benfica supo explotar sus virtudes y, a través de un juego muy físico con el que potencian a las mil maravillas su efectividad, doblegaron a un cuadro vigués que terminó este primer día de competición con cero puntos tras perder por la mañana contra el FC Barcelona. Un final precipitado para una plantilla que desplegó un estilo atractivo de ver pero que terminó condenado por la falta de chispa arriba.
En el duelo ante el Benfica estuvieron vivos hasta el final ya que si empataban el gol inicial de Vladimirovich aún llegarían con opciones a la última jornada. Y esa necesidad obligó al Celta a ir a tumba abierta... pero la moneda le salió cruz. Un robo de Miguel Caneco, capitán luso, en campo vigués habilitó a su referencia para poner la sentencia definitiva. Ese gol llegó de una pérdida de Jaime Pérez, capitán celeste, quien reclamó enérgicamente falta en ese robo.
El colegiado no decretó nada punible y con esa polémica se llegó al final del partido. Jaime no pudo contener las lágrimas, consciente de ese pitido que suponía la eliminación del Celta de Vigo. De inmediato el capitán del Benfica se acercó para interesarse por su situación, ya que tuvo un golpe en el codo, y hasta los árbitros fueron a consolarle. Un gesto que ratifica que el mayor triunfo de LaLiga Promises es la unión y la rivalidad sana que reina entre los equipos. Puedes verlo en el vídeo que encabeza la noticia.