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Íker Losada se libera y brilla: "Juego sin una presión que antes me ponía sin ningún tipo de sentido"

Alberto Bravo

La salida de Diego Pampín este verano dejó un tremendo vacío en el Celta B. El de Oleiros cedía el brazalete de capitán a Íker Losada en una temporada en la que el filial regresaba a sus orígenes apostando de nuevo por la cantera formada en A Madroa con Claudio Giráldez sustituyendo a Onésimo. El de Catoira afronta su quinto año en el filial tras debutar con solo 17 años en el segundo equipo. Con 18 años recién cumplidos debutó en LaLiga Santander marcando un gol al Real Madrid el 17 de agosto de 2019 en Balaídos. Ahora con 21 ha encontrado la estabilidad para brillar y liderar al Celta B tras tres temporadas en las que vivió altibajos fruto de la presión que él mismo se imponía.

Con cinco goles y dos asistencias en 1.200 minutos de juego el mediapunta se ha logrado liberar de todas las ataduras que maniataron su talento demasiado tiempo. No ayudó que Onésimo apostase por él como lateral derecho muchos partidos, tampoco el tener un debut tan mediático 16 días después de cumplir la mayoría de edad.

El pasado 1 de agosto cumplió 21 años, sigue siendo un jovencísimo jugador pero tantos años en el filial han provocado una percepción errónea. No ha perdido aún su tren de cara al primer equipo tras haber renovado la temporada pasada su contrato hasta junio de 2025. En sus 70 primeros partidos con el filial sumó 7 goles y dos asistencias. En los últimos 16, los que corresponden a esta temporada, ya lleva 5 goles y 2 asistencias.

Losada le da la mano a Aspas tras marcar su primer gol en Primera (Foto: RCCV).

Volver a estar cerca del área ha dado alas a Íker Losada. Tanto en la mediapunta como por banda izquierda el de Catoira está siendo el jugador más regular del Celta B este curso tirando del equipo cuando ha tenido que atravesar malos momentos. La confianza que ha depositado Claudio Giráldez en él ha sido fundamental, desde el comienzo le dio el mando del equipo.

Igual de importante, o quizás incluso más, es la evolución mental que ha vivido Íker Losada desde ese 17 de agosto de 2019, cuando marcó al Real Madrid en su debut en Primera División. Después de ese estreno solo volvió a jugar en Liga ante el Getafe y en Copa del Rey unos minutos contra la Peña Azagresa y el Mérida. El de Catoira ni siquiera logró asentarse como titular en el filial.

El año de su debut solo jugó 786 minutos en el Celta B e incluso tuvo minutos en el Juvenil. Le costó asimilar todo lo que había vivido en tan poco tiempo. Se fue rehaciendo temporada tras temporada. En la 2020/21 apenas superó los 1.000 minutos de juego con solo 10 titularidades. El curso pasado marcó tres goles y se quedó a las puertas de alcanzar los 1.400 minutos en 26 partidos jugados, 18 de titular. Una inoportuna lesión y el coronavirus lastraron cortaron su progresión haciéndole perder todo el mes de diciembre y enero.

Todo ha cambiado esta campaña. El propio jugador reconoció este mismo sábado que "juego sin una presión que igual antes me ponía sin ningún tipo de sentido". De ahí que su talento esté apareciendo de manera natural. "Es la mejor temporada en cuanto a goles y números estoy muy bien, muy contento y más tranquilo", confesó Íker Losada en Balaídos.

Íker Losada (Foto: RC Celta).

"Estoy muy contento porque veo que el trabajo que estoy haciendo durante la semana se ve reflejado en los partidos con goles y asistencias", señaló el capitán del Celta B en un curso donde su mejor nivel ha vuelto a aparecer tras tres temporadas en las que no encontró la regularidad necesaria. Losada ha vuelto y lo hace con 21 años recién cumplidos. El de Catoira tiene toda la carrera por delante. Claudio Giráldez le ha dado las llaves del Celta B, ahora solo queda que abra una nueva puerta, la del primer equipo.

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