El Celta de Vigo se reencontraba con Pablo González Fuertes en el partido que te hemos contado en La Cerámica. Un árbitro de no gratos recuerdos para el equipo celeste e Iago Aspas en concreto. Los de Carlos Carvalhal protagonizaron un inicio de encuentro tétrico ante el Villarreal y el trencilla tuvo cierto peso en el primero de los dos tantos que anotó Nicolas Jackson en poco más de diez minutos.
El joven atacante amarillo aprovechó una certera asistencia de Yeremy Pino. La acción tuvo que ser revisada en la sala VOR por una posible falta previa en el inicio de la jugada.
Renato Tapia reclamó falta en el robo de balón del Villarreal. El contacto fue leve y González Fuertes decidió mantener su decisión y no acudir al VAR. No obstante, el trencilla evidenció un criterio bastante distinto en la acción del penalti que cometió Óscar Rodríguez en el minuto 24 de encuentro.
El propio Yeremy Pino sufrió un contacto con intensidad idéntica a la citada acción del primer gol, pero con los papeles cambiados. El árbitro principal no lo dudó: penalti. El doble rasero de González Fuertes no lo comprendió un Iago Aspas que le reclamó la decisión tomada cuando decretó el final de la primera mitad.
Aunque la decisión que más enfadó a la expedición celeste en La Cerámica se produjo en la segunda mitad. González Fuertes perdonó la expulsión de Étienne Capoue tras realizar una dura entrada sobre Cervi.
El centrocampista del Villarreal llegó tarde y barrió al celeste. El que si vio la amonestación fue Carlos Carvalhal por reclamar la expulsión. Quique Setién estuvo rápido y sustituyó a Capoue minutos después.
Está claro q este hombre, no está preparado para pitar en primera, estos personajes muy poco profesionales ensucian nuestro deporte domingo a domingo, hasta cuando seguiremos soportando esta vergüenza en el fútbol español?