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LaLiga EA Sports
Celta
1-0, min. 42: Gabri Veiga.
2-0, min. 66: Gabri Veiga.
Jornada 38
2-1
04/06/2023 21:00
Barcelona
2-1, min. 79: Ansu Fati.

A Madroa, al rescate del Celta: Veiga se viste de Aspas para cerrar la permanencia

Expandir v
Alberto Bravo

El Celta es de Primera porque Gabri Veiga es un diamante superlativo que en el peor momento del equipo se lo subió a su espalda para darle la salvación. Los dos goles del canterano ante el campeón de Liga, el FC Barcelona, valen una permanencia sufrida. Hubo final feliz en Balaídos para los locales. El Celta, en una agónica primera mitad no apta para corazones débiles, se iba por delante al descanso con un gol de Gabri Veiga. El canterano, sin Aspas y Mallo sobre el campo, ponía la Afouteza a un Celta que luchaba por sobrevivir apoyado por más de 23.000 celtistas que abarrotaban las gradas de Balaídos. El porriñés, como había sucedido con Iago Aspas ante el Alavés, se enfundaba la camiseta de héroe para marcar el 2-0 en el 65'. Balaídos clamaba contra el dueño y presidente del club. ¡Gabri, sí; Mouriño, no! se escuchaban en unas gradas que respiraban aliviadas hasta que Ansu Fati, ya en el 79', marcó el 2-1. Aguantó el Celta el resultado en un descuento de infarto que terminó con el estallido de júbilo del banquillo, de las gradas y de los once jugadores que terminaron el partido.

Un once irreconocible

Si durante la semana el celtismo hubiese hecho una quiniela con el once titular del equipo seguro que Hugo Mallo, Renato Tapia y Iago Aspas estarían en el. Sorprendió Carvalhal dando la titularidad a Carlos Domínguez, Luca de la Torre y Seferovic.

El canterano solo había jugado hasta el momento 17 minutos en Liga y un partido de Copa del Rey. El rendimiento del estadounidense se había desplomado en las últimas jornadas mientras que Seferovic fue despedido con silbidos por su pésima actitud ante el Girona en Balaídos. Decisiones controvertidas que sorprendieron a propios y extraños. Carlos Domínguez, con una excepcional partido, salió reforzado. El resto cumplió sin grandes alardes. El plan funcionó porque en A Madroa siempre están los mejores fichajes que el Celta puede desear.

El VAR evita la debacle

A lo diez minutos el FC Barcelona se aprovechó de un desajuste de la zaga celeste. Lewandowski remató contra Iván Villar. El rechace de su disparo cayó en las botas de Kessié. El centrocampista no lo dudó y batió al canterano con un sutil remate. Balaídos entró en pánico.

La sala VOR pidió revisar la jugada. El costamarfileño estaba adelantado. Pulido Santana, tras comprobar el fuera de juego de Kessié, anuló el tanto del FC Barcelona. El Celta, al menos hasta ese momento, seguía vivo en la pelea por la salvación.

Gabri Veiga, el salvador

Sin Aspas y Mallo en el campo le tocaba a Gabri Veiga convertirse en el héroe de la noche. Junto a Carlos Domínguez, un baluarte en defensa, tiraron del Celta. Fue el primero en amenazar la portería de Ter Stegen. El que más lo intentó en ataque y el que terminó derribando la muralla azulgrana en el minuto 42. Sus lágrimas tras marcar son el reflejo de toda la tensión acumulada, por la mala dinámica del equipo en las últimas semanas, y por lo complicado de su situación tras una explosiva rueda de prensa de Carlos Mouriño en la que le abrió la puerta de par en par del Celta.

El canterano, con un Carlos Mouriño asegurando hace escasos meses sin rubor ni vergüenza no poder renovarlo, daba la salvación al Celta. Los deseos de Gabri Veiga, que anhela quedarse al menos una temporada más con un ficha acorde a su rendimiento en el campo, parecen no contar en un equipo que ha ido perdiendo su identidad con la salidas de jugadores criados en A Madroa.

El show de Gabri Veiga alcanzaba su máxima expresión cuando en el minuto 66 marcó el segundo gol de la noche. Un tanto antológico directo a la escuadra del segundo palo. Ahí batió a Iñaki Peña para llevar al delirio a un Balaídos entregado a su canterano. Gritos de ¡Gabri, sí; Mouriño, no! retumbaron con fuerza en todo el graderío. Con la salvación bajo el brazo el celtismo descargaba su enfado hacia el palco de autoridades. Carlos Mouriño tenía que escuchar una vez el ¡Mouriño vete ya! que salía desde la Grada de Animación de Marcador.

Noche de transistores

Todo Balaídos, incluidos el palco y el banquillo, estaban pendientes de todo lo que sucedía en los otros partidos donde se jugaba el descenso. El Valladolid-Getafe del José Zorrilla era otro duelo donde se jugaba la vida el Celta. El Cádiz y el Almería no tardaban en ponerse por delante mientras que el Valencia caía ante el Betis. Todo se complicaba para el Celta, que veía como otros equipos iban cumpliendo con sus partidos. El Espanyol daba aire al Celta empatando al Almería. Luego era el Elche el que empataba con el Cádiz pero el VAR anuló el tanto de Tete Morente.

En Balaídos Carles Pérez tenía el gol en sus botas. Pecó de individualista con un disparo manso y centrado desde la frontal. Respiró el Celta cuando Kessié, a puerta casi vacía, cruzó demasiado su cabezazo. Falló una todavía más clara Óscar Rodríguez en una primera mitad de altísima tensión. Terminó marcando el Celta, por medio de Gabri Veiga para evitar más de un infarto en Balaídos. El Celta se iba al descanso salvado.

Al comienzo de la segunda mitad el Espanyol se ponía por delante del Almería descendiendo al conjunto andaluz. Replicaba el Almería poniendo el 2-2 en el 57'. En todos los campos se sufría lo indecible, ningún equipo era capaz de lograr una ventaja de más de un gol. Con el segundo gol de Gabri Veiga Balaídos ya dejó de ver a los otros estadios. El celtismo volvió a tener que encender la radio cuando Ansu Fati marcó el 2-1 en el 79'. En ese momento el Almería caía contra el Espanyol siendo, una vez más, equipo de Segunda División. Todo cambió en los últimos minutos con el empate 3-3 del Almería. El Valladolid se iba a Segunda División al no ser capaz de vencer al Getafe en el José Zorrilla.

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