Rubén Blanco será jugador del Olympique de Marsella en los próximos días. El acuerdo con el Celta de Vigo está prácticamente cerrado a falta de los famosos flecos. El portero, que ya jugó en el Vélodrome la pasada temporada en calidad de cedido, será fichado en propiedad por el conjunto francés. El canterano dice adiós de manera definitiva al club que le vio debutar con solo 17 años en Primera División en la agónica temporada en la que el Celta se salvó del descenso con solo un 4,01% de posibilidades de hacerlo. Una década y 142 partidos después el mosense deja el equipo al que llegó siendo un niño.
El Celta de Vigo recibirá alrededor de dos millones de euros por su traspaso. Su 28 cumpleaños, este pasado 25 de julio, llegó con el regalo del acuerdo entre ambos clubes. Todas las partes deseaban este final. El Celta quería vender al portero, el Olympique de Marsella anhelaba comprarlo y el jugador veía con buenos ojos instalarse definitivamente en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul. Una temporada de cesión le ha valido al club y al portero para saber que sus destinos estaban unidos.
Rubén Blanco firmará un contrato de tres temporadas, hasta junio de 2026. En Marsella volverá a pelear con Pau López por la titularidad bajo las órdenes de Marcelino García Toral. Ahora lo hará en igualdad de condiciones, ya que ambos son propiedad del club. En Vigo la idea, desde hace meses, era que el mosense saliese traspasado a pesar de las palabras de Juan Carlos Calero en las que aseguró que la portería del primer equipo estaba cerrada con Rubén Blanco, Iván Villar y Agustín Marchesín.
La dirección deportiva celeste deberá buscar un portero en el mercado de fichajes. Rafa Benítez ha solicitado un meta titular al club. Ahora Luís Campos deberá agilizar esa contratación ya que solo está disponible Iván Villar. Agustín Marchesín aún tiene varios meses de recuperación por delante tras romperse el tendón de Aquiles el pasado mes de febrero.