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La emotiva despedida de Rubén Blanco: "El Celta no se marcha de mí"

Redactor de Ediciones de ElDesmarque

Tras confirmarse que Rubén Blanco jugará en el Olympique de Marsella la próxima temporada después de que el Celta haya decidido traspasarle por unos dos millones de euros, el guardameta ha querido despedirse de la afición con un emotivo mensaje.

Céltico desde infantiles, debutó con el primer equipo con tan solo 17 años en la histórica temporada de la permanencia de 2013. Desde entonces, disputó 142 partidos con el primer equipo entre Liga, Copa del Rey y UEFA Europa League.

"Desde que llegué siendo un niño empecé a cumplir el sueño de todo celtista", asegura, antes de dejar un recuerdo histórico de aquél 2013 que marcó su carrera.

"Viví momentos inolvidables. Tuve la oportunidad de debutar en Primera con solo 17 años, en Valladolid. Y una semana después defendí la portería de Balaídos, jugándonos y consiguiendo la permanencia. Jamás olvidaré cómo salí a hombros siendo aún casi un niño", añade. De hecho, la fotografía que ilustra este texto es la de ese preciso momento.

Asimismo, también ha reivindicado su actitud y trabajo en los años en los que entraba y salía de los planes de los entrenadores: "Hubo momentos en los que jugué más y otros en los que tuve que esperar mi oportunidad. Pero siempre dando todo en cada entrenamiento y cada encuentro con este escudo (...) Son 142 partidos los que jugué en el primer equipo y en cada uno de ellos dí lo mejor de mí".

Por último, se despide agradeciendo a todos los compañeros y cuerpos técnicos que ha tenido en los últimos años, así como a la afición, a la que deja un mensaje: "Hoy me marcho del Celta, pero el Celta no se marcha de mí, porque lo llevaré siempre conmigo allá donde vaya".

Rubén Blanco atrapa el esférico (Foto: LaLiga).

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