Larga travesía por el desierto hasta enero: el VAR condena a un Celta frágil de cuerpo y mente

El Celta de Vigo ha posado sus huesos, frágiles como pocos en LaLiga EA Sports, en puestos de descenso. Achacarle todo a las decisiones del VAR, con un nuevo y polémico gol anulado a Strand Larsen sería demasiado fácil. Rafa Benítez ha vuelto a clamar contra el arbitraje de Alberola Rojas, decisivo negándole a los suyos el 0-1. No protestó con el tanto que le anuló a Kirian tras señalar que se reanudase el partido. Los problemas del Celta de Vigo son más profundos. Los arbitrales les han birlado puntos pero también la fragilidad de un equipo débil, tanto en mente como en su cuerpo. Los de Benítez no son capaces de cerrar los partidos ni aguantar los minutos finales, donde los rivales los arrollan. Lo hizo Las Palmas, con goles de Jonathan Viera y Cardona en los últimos minutos.

Suplencia de Iago Aspas

Rafa Benítez había anunciado rotaciones. Desde su llegada al banquillo del Celta había advertido que Iago Aspas debería ser dosificado. El moañés se perdió muchos partidos la temporada pasada por una hiperlordosis en su espalda. Con 36 años afronta el tramo final de su carrera. Al técnico celeste no le ha temblado el pulso para sustituirlo en muchos encuentros. Ante Las Palmas ha llegado su primera suplencia.

Entró en la segunda mitad y casi marca un gol de falta. Poco más del moañés. No se puede, ni se debe, dudar de su talento y calidad. Esta sigue intacta pero la realidad es tozuda, como los 36 años que aparecen en su carné de identidad. Los mejores tiempos de Aspas ya han llegado a su fin. Seguro que dará aún tardes de gloria al celtismo. Disfrutémoslos, es un jugador único en la historia del Celta,

El Celta renuncia a la pelota

Sin Luca de la Torre, sancionado tras ser expulsado ante el Alavés, el Celta renunció a pelearle la posesión a Las Palmas. Rafa Benítez tiene claro que el equipo debe ser sólido atrás. Con pocas piezas en la medular suele ceder el control del juego a sus rivales. Ante los de García Pimienta desde el primer minuto buscaron salir a la contra. Es sintomático que tus dos mediocentros terminasen con 14 y 11 pases al final de la primera mitad. Solo Kirian Rodríguez supero los 60 en el primer tiempo. El Celta cerró los 45 minutos iniciales con un 25% de posesión.

No fue mejor en la segunda mitad. Con un 26,5% de posesión quiso vivir de las contras lanzadas por Strand Larsen y Bamba. Unai Núñez dio 35 pases, Carles Dotor 31. En Las Palmas Kirian Rodríguez y Cardona superaron las 110 entregas. Mika Marmol alcanzó las 87 y para encontrar un jugador local con menos pases hay que irse al al décimo de la lista, un Pejiño con 28. El nuevo estilo del Celta, que renuncia a la pelota incluso con los recién descendidos es un plato de sabor amargo para el celtismo.

Los minutos finales, un drama para el Celta

De nuevo el Celta se ha dejado remontar en los minutos finales. En todos los partidos está recibiendo goles en el tramo final. Se dejó puntos ante el Alavés, el FC Barcelona o el Real Madrid. Con 0-1 en el marcador el Celta se desplomó. Por momentos se convirtió en un guiñapo en manos de los de García Pimienta. El castillo de naipes de Rafa Benítez, de nuevo con cambios cerca del pitido final, se cayó por completo en el último tercio.

Carl Starfelt cometió un inocente penalti sobre Cardona. Jonathan Viera empató y ya en el 96 Cardona terminó de ajusticiar el Celta. Las Palmas marcó dos goles, los mismos que había logrado anotar en las siete jornadas de Liga precedentes. El entrenador no confía en varios de sus jugadores, como Carles Pérez o Renato Tapia y acorta la plantilla hasta un equipo corto de efectivos, liderazgo, físico y carácter. Llegar al mes de enero se va a convertir en una larga travesía por el desierto.