Claudio Giráldez ha devuelto la ilusión al celtismo en solo unos meses. "El año pasado veníamos a sufrir, ahora venimos a disfrutar", esa es la reflexión de uno de los aficionados del Celta de Vigo preguntados por El Día Después este fin de semana en Vigo. Las cámaras del programa de Movistar + captaron al entrenador porriñés tarareando el himno del Centenario, 'Oliveira dos Cen Anos', en el banquillo cuando los equipos entraban al césped de Balaídos.
En los labios se le puede leer a Claudio Giráldez las estrofas del himno celeste sentado en el banquillo del Celta: "Cada vez que mires atrás, Sempre hei estar aquí".
Para los aficionados celestes Claudio Giráldez "encarna por completo los valores del equipo". Esa apuesta por el buen juego, yendo a por la portería rival, que encarna el 'Fútbol de Salón' que se canta en Balaídos.
❞𝑪𝒂𝒅𝒂 𝒗𝒆𝒛 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒊𝒓𝒆𝒔 𝒂𝒕𝒓𝒂́𝒔...
𝑺𝒊𝒆𝒎𝒑𝒓𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓𝒆́ 𝒂𝒒𝒖𝒊́❞Claudio Giráldez es @RCCelta 💙#ElDíaDespués pic.twitter.com/y6znY9VTiu
— El Día Después en Movistar Plus+ (@ElDiaDespues) September 16, 2024
"¡Es el p*** amo!", aseguraba otra aficionada en los aledaños de Balaídos. "Juega al fútbol, es un tipo listo, inteligente, buena gente", relataba otro seguidor celeste. Otra aficionada celeste confesaba estar "encantada".
El celtismo también pone en valor la apuesta por los canteranos, a lo que ha situado como piezas claves del equipo: "Saca a los jugadores jóvenes". "Da muchas oportunidades a la gente joven, nos alegramos mucho los celtistas de corazón, los que llevamos muchos años en esto", ponía en valor un veterano.
El joven técnico ha logrado devolver la ilusión al celtismo desde que ascendió al banquillo del primer equipo en el mes de marzo. Por ello en Balaídos se canta el "¡Claudio Giraaaáldez, lo, lo, lo, lo, lo!".
"El año pasada veníamos aquí a sufrir y ahora venimos a disfrutar. Es la primera temporada de las últimas seis en las que hay ilusión", reconocía otro de los aficionados del Celta preguntados por El Día Después.
Con la ilusión disparada por todo lo alto un padre y un hijo apostaban por la clasificación europea del Celta. Más optimista era el padre diciendo "mínimo Champions". Su hijo le contestó "no hombre, no pero a Europa yo creo que si. A Europa llegamos". Este es el estado de felicidad en el que vive instalado el celtismo tras la llegada del alquimista de O Porriño.