El mundo del fútbol está lleno de casuísticas y coincidencias que pueden tener consecuencias poco esperada, y en el PSG-Real Madrid de este miércoles se da la circunstancia de que se juntan varios nombres propios con intereses cruzados, sobre todo el de Kylian Mbappé. El internacional francés campeón del mundo es, con permiso de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, la mayor estrella a la que se puede aspirar en el mundo del fútbol. Y el Real Madrid suspira por él. Es el galáctico que quiere Florentino Pérez, sin lugar a dudas, en el momento en el que se ponga a tiro.
El problema es su precio y, por el momento, la afiliación al proyecto parisino. Una afiliación y cercanía que sufrió un amago de ruptura este mismo verano, cuando al comienzo del periodo estival Mbappé pidió un proyecto ganador y hasta deslizó una posible salida. No era su primera 'salida de tono'. Al final se quedó en nada, pero hay una realidad que subyace, la estrella francesa mira más allá de un PSG limitado en la Liga de Campeones y que solo brilla dentro de sus fronteras.
Mbappé no estará en el césped este miércoles para enfrentarse al Real Madrid por lesiój. Estará en la grada del Parque de Los Príncipes, y a la corta estará con su equipo, claro está. Pero a la larga, al Real Madrid e incluso a él, que ha hecho algún que otro guiño merengue, le conviene que el equipo galo naufrague. De hecho, este es el último año que Mbappé le da de oportunidad al PSG. Si no hay un proyecto estrella, si los resultados, sobre todo en Liga de Campeones, no son los esperados, el campeón del mundo vería más factible una salida, y el Real Madrid apostar por él, pues realmente es el crack que Florentino Pérez tiene en el horizonte.
Empezar a torpedear deportivamente el proyecto parisino sería un primer paso para cumplir el sueño de muchos madridistas, incluido Florentino, ver a Mbappé de blanco. Este año el francés es parisino, el próximo puede se merengue.
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— Kylian Mbappé (@KMbappe) July 2, 2019