La victoria del Real Madrid ante el Leipzig acerca a los blancos a cuartos de final de la Champions League. Un 0-1 con un gol de Brahim Díaz en el que gran parte de la 'culpa' llegó por el partidazo de Andriy Lunin, que se doctoró en tierras germanas con un partidazo que entierra definitivamente el debate con Kepa.
El ucraniano cuajó el, posiblemente, mejor partido desde que llegara al equipo blanco, sobre todo en un encuentro de la trascendencia de este martes. Si ya este año tuvo momentos brillantes en Europa, como con el penalti clave parado ante el Sporting de Braga, en Leipzig llegó la consolidación.
Empezó con dudas, después de un gol de Benjamin Sesko en el que, inicialmente, se le criticó su mala salida. Sin embargo, Henrichs entorpeció a Lunin y, al estar el defensa teutón en fuera de juego, el colegiado terminaría anulando el tanto ante la incredulidad local.
A partir de ahí comenzó el 'show' de Andriy Lunin, sacando primero una ocasión de Sesko en un mano a mano abajo. El esloveno, en la agenda de Florentino Pérez para el Real Madrid, consiguió superar a Nacho en más de una ocasión, pero no al meta madridista, que ya había echado el cerrojo.
El '13' madridista sacó paradas de todos los colores y consiguió marcharse con la portería a cero, mostrándose además muy seguro por alto acabando así con las dudas que había dejado en esta faceta. Carlo Ancelotti tiene ahora un quebradero de cabeza menos y, tras confirmar en Leipzig que el ucraniano sería el meta de la Champions, este se ha encargado de complicar aún más el futuro de Kepa en el club una vez acabe su cesión.