Suena 'maneras de vivir' en el Metropolitano mientras los últimos aficionados rojiblancos, botando, abandonan las gradas. El nuevo estadio del Atlético de Madrid ha vivido este miércoles su primera gran remontada ante el Inter de Milán. Y qué remontada. Porque los italianos se pusieron 0-1 en el primer tiempo, pero Griezmann y Depay forzaron la prórroga, Riquelme falló una ocasión de las que dan la vuelta al mundo sobre la bocina y, en la tanda de penalti, Jan Oblak se creció para llevar al equipo rojiblanco a cuartos de final de la Champions League.
El Atleti salió como tenía que salir: intenso, presionando arriba, animando a que la grada animara desde su asiento. Lino tuvo la primera a los 5 minutos, aunque el Inter avisó pronto de que el equipo rojiblanco estaba tomando riesgos y generaba espacios atrás.
Las ocasiones se sucedieron: una gran parada de Oblak a Dumfries, un cruce clave de Witsel que olía a gol, un cabezazo de Morata, un disparo muy alto de Lino... y el 0-1 del Inter. Lo anotó Dimarco tras una gran acción combinativa, pero la reacción fue inmediata: Griezmann cazó un rebote en boca de gol y lo envió a la red para dejarlo todo como estaba. El galo tuvo otra gran ocasión justo antes del descanso, pero Pavard apareció in extremis tras su disparo.
No varió mucho el guion del segundo tiempo... hasta que llegaron los minutos finales y Simeone se fue con todo al ataque, metiendo a Depay y Correa y poniendo toda la carne en el asador. En esas, el Inter falló dos contragolpes claros antes de que Depay tuviera tres: la primera se quedó a la mitad, la segunda se estrenó en el palo y a la tercera, tras una asistencia mágica de Koke, anotó el 2-1 para delirio de un Metropolitano que, como Simeone, aún acabó por los suelos al ver cómo Riquelme, en el 93', en el último segundo, fallaba la ocasión más clara del partido para meter al Atleti en cuartos. Así que el partido se fue a la prórroga.
Una prórroga que tuvo un primer tiempo para los rojiblancos y una segunda mitad, ya sin Griezmann, para los italianos. Pero no se movió el marcador y el partido se fue a los penaltis. Ganó los dos sorteos el Inter, el de la portería y el del primer lanzamiento, pero ganó la tanda Jan Oblak, que detuvo dos de los tres primeros lanzamientos del Inter. Saúl falló el suyo, pero Depay, Riquelme y Correa no lo hicieron y Lautaro mandó a las nubes el definitivo para delirio del Metropolitano.