El Real Madrid salvó los muebles en el Allianz Arena ante el Bayern de Múnich en un partido de transiciones en la que ambos equipos mostraron carencias defensivas y poder ofensivo que dejó en tablas el marcador, dejando todo por decidir el próximo miércoles en el Santiago Bernabéu.
Un partido en el que Vinicius Junior fue determinante para salvar un partido que se complicó al comienzo de la segunda parte y que evitó que el Madrid tuviera que ir en casa a por una remontada que se antojaba complicada dado el nivel que mostró el equipo en varios momentos del encuentro
En la primera parte fue el Bayern de Múnich quién protagonizó unos primeros quince minutos con varios acercamientos peligrosos en la portería de Lunin. El primero en avisar fue Sané tras una buena pared con Harry Kane dentro del área que terminó sacando el ucraniano con el pie. Los bávaros se instalaron en el campo madridista moviendo el balón con varios pases por dentro, buscando que los de Ancelotti no salieran cómodas y ganando todos los balones al espacio que iban dirigidos a Vinicius o Bellingham.
Kane y Musiala también probaron con disparos lejanos pero sin encontrar potería, una dinámica que recordaba el infierno de Etihad. Sin embargo, la figura de Toni Kroos emergió como el gran salvador del equipo. Se colocó en la primer línea para tranquilizar el balón, dándole pausa para no perder la posesión rápida ya haciendo que el Bayern diese un paso en falso para aprovechar los huecos, y así fue.
En una de las tantas posesiones del alemán, sacó un pase espectacular entre líneas al ver a Min-Jae adelantado para dejar solo a Vinicius ante Neuer y no fallar en el mano a mano para abrir el marcador, un gol en el que sus compañeros se fueron a abrazar a Toni, el hombre que había cambiado la dinámica.
A partir de entonces fueron los mejores minutos del Madrid en la primera parte, los bávaros no encontraban la misma facilidad para llegar al área rival y los merengues no sufrían en defensa, disfrutando de un repliegue cómodo con el único aviso de un zapatazo de falta directa de Kane que se marchó por muy poco desviado.
La segunda parte no podía haber comenzado peor. Tuchel hizo un cambio táctico quitando a Goretka para cambiar de bandas a Musiala y Sané, lo que dio la clave de la remontada del Bayern.
En una jugada por la derecha, el extremo alemán hizo un quiebro hacia dentro a Mendy para solar un latigazo seco al palo corto imparable para Lunin. Un empate que solo se mantuvo unos minutos tras un grave error de Lucas Vázquez dejando la pierna muerta para golpear a Musiala y provocando un penalti que Harry Kane no falló engañando al ucraniano de lado. Dos goles y remontada en apenas cuatro minutos.
Un contratiempo por una relajación defensiva que había tirado por la borda la gran imagen de la primera mitad. El Madrid se hundía en su campo y esperaba que algún destello individual marcase la diferencia...hasta que llegó la jugada clave. Tras un jugadón del carioca dentro del área, le dejó un balón claro de gol para Rodrygo y Min Jae le hizo un placaje muy claro que terminó en penalti. A pesar de los nervios de Vini, no falló ante Neuer engañándole y tirándole por el medio.
2-2 en un partido de mucho analizar para un Carlo Ancelotti que deberá de retocar varias facetas del equipo. Sin embargo, el Real Madrid salvó los muebles y deja en el aire la eliminatoria con todo abierto en el Bernabéu con un billete a Wembley en juego.