La liguilla de la Champions League ya ha llegado a su ecuador con el final de la cuarta jornada que ha dejado resultados dispares para los equipos españoles. Este miércoles, el Barcelona cumplió en Belgrado y el Atlético de Madrid dio la sorpresa en París en una noche en la que los dos grandes golazos llegaron en el Feyenoord-Salzburgo.
A pesar de que Karim Konate fue el héroe para los austríacos anotando los dos primeros goles del encuentro, las obras de arte llegaron por medio de Anis Hadj Moussa y Daouda Guindo con apenas cinco minutos de diferencia.
El primero recortó distancias para el Feyenoord en la misma jugada en la que Konate perdonó su 'hat-trick' al mandar un penalti al larguero. Hadj Moussa recogió un rechace en el área y solo necesitó dos toques de calidad para anotar una obra de arte, con un regate en el aire a Baidoo y, sin dejarla caer, un toquecito con el exterior suficiente para batir a Blaswich.
QUEEEEEEL BUT D'ANIS HADJ MOUSSA pic.twitter.com/a1DLEKfBFv
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A pesar de estar con uno menos, De Kuip soñó ahí con la remontada pero, cinco minutos después, Daouda Guindo acabó con las esperanzas de los de Róterdam. Si el tanto de Hadj Moussa destacó por su técnica, en este caso la potencia fue la que llevó al lateral zurdo a sacarse un cañonazo desde la frontal inapelable para Wellenreuther.
EL CAÑONAZO DE LA JORNADA.
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El notable acierto del marfileño Karim Konate, que llevó a la red dos de las escasas ocasiones de gol, llevó al Salzburgo a su primera victoria en la Liga de Campeones y echó por tierra las expectativas del Feyenoord, frenado en seco en el evento continental y que jugó el último cuarto de hora con 10 por la expulsión de Chris Nadje.
De hecho, hasta el doblete del atacante africano, que pudo hacer un tercero con un penalti que tiró al larguero, el conjunto austríaco no había anotado gol alguno en la Champions. Llegó a Rotterdam lastrado por las derrotas, una detrás de otra, ante el Sparta Praga, Brest y Dinamo Zagreb, instalado en el furgón trasero de la competición. Sin puntos.
Todo lo contrario que el representante neerlandés, dominador al principio y ansioso en exceso después por detrás siempre de un rival en principio menor que complicó su panorama europeo. La derrota enreda al Feyenoord que hasta este revés contaba con una sola derrota, en el primer encuentro frente el Bayer Leverkusen que enmendó con los triunfos contra el Girona y el Benfica, ambos a domicilio.
Pero el choque contra el Salzburgo mostró su mal desempeño como local. No ha puntuado en De Kuip. Fue siempre contra corriente y le cambió el paso el gol encajado en el añadido de la primera parte que llegó por un error de bulto de su portero.
Timon Wellenreuther sacó a Bart Nieuwkoop al que no le llegó la pelota porque se adelantó Mamady Diambou que encontró a Oscar Gloukh que, desde la izquierda centró al área y Karim Konaté, de cabeza, marcó el primero gol del conjunto austríaco en la Champions.
No aprovechó su dominio el Feyenoord y a la hora de juego encajó el segundo. En un saque de esquina botado por Bobby Clark que envió el balón al área y Kamil Piatkiwski, de cabeza, encontró a Konaté que, de volea a la media vuelta, hizo el segundo.
Las opciones del conjunto de Brian Priske se acabaron en el 80. Con una dura entrada de Chris Nadje sobre Gourna Duath que dejó al Feyenoord con diez. Aún así, logró acortar distancias en el 82, cuando Anis Hadj Moussa recogió un rechace dentro del área y batió a Janis Blaswich.
No era el día del Feyenoord que insistió en busca del empate. Y se salvó al principio porque una falta de Hancko sobre el Capaldo supuso un penalti que pudo sentenciar. Tiró Konate que tuvo el hat trick. pero el balón dio en el larguero.
Pero a continuación cerró el duelo, disipó las dudas el Salzburgo en un golazo, desde fuera del área, por la escuadra de Daouda Guindo, que echó la rúbrica al duelo que resucitó al Salzburgo y frustró al Feyenoord.