El Bolonia es uno de los clubes que se ha estrenado esta temporada en la Champions League, como el Girona, y el conjunto italiano ha tenido que esperar a la penúltima jornada para lograr su primer triunfo. Lo hizo por 2-1 ante el Borussia Dortmund, vigente subcampeón, en un Renato Dall'Ara con un ambiente espectacular y un mosaico que pocas veces se ha visto en el mundo del fútbol.
La capital de Emilia-Romaña vivió una noche para el recuerdo con los aficionados poniendo de su parte para la ocasión. Los seguidores en la curva Giacomo Bulgarelli, la que aparece en el plano general de la retransmisión televisiva, formaron un tifo no para la previa, sino durante todo el encuentro, al vestirse con los habituales plásticos proporcionados con el club.
Con ellos imitaron el escudo del Bolonia en un marco incomparable presidido por la Torre di Maratona que corona el Renato Dall'Ara. En la parte izquierda formaron los colores rossoblú (rojo y azul) mientras que, en la derecha, el diseño mostró la Cruz de San Jorge representativa de la ciudad que también aparece en la insignia del club.
Al estilo de los pabellones de la NBA en play off, los seguidores del conjunto dirigido por Vincenzo Italiano formaron este mosaico durante todo el encuentro y esto le dio suerte a su equipo. Los Veltri conquistaron los tres puntos remontando al Borussia Dortmund en apenas un minuto para despedirse de su primera participación en Champions de la mejor manera.
En un partido loco, con multitud de ocasiones y mucho en juego para ambos equipos, el Bolonia se despidió por todo lo alto de su gente con la primera victoria de su historia en Champions, tras remontar a un Borussia Dortmund (2-1) en el último partido de Nuri Sahin, destituido este miércoles.
De la desesperación a la euforia en un minuto. Así vivió el partido el Bolonia. De la tranquilidad al desazón en ese mismo minuto. Así lo vivió Nuri Sahin. Un partido con idas y venidas que quedó definido entre el minuto 71 y 72. Segundos históricos para los locales por los 2 goles de la remontada, decisivos para el futuro del Dortmund.
La alegría y el ardor de una ciudad como Bolonia, que tembló con el gol de la victoria, contrastaron con el rostro apesadumbrado de Sahin, de nuevo en el foco tras haber dejado escapar la oportunidad de acercarse a los octavos de final ante un equipo ya matemáticamente eliminado como el italiano.
Y eso que el partido no se le pudo poner más de cara al combinado germano. Holm cometió penalti en el minuto 15 y Guirassy convirtió a lo Panenka. Rozó Skorupski bajo palos, pero no pudo evitar el tanto del Dortmund, que lo celebró con su técnico.
Pero ya desde ese momento, el partido no pintó nada bien para los de la cuenca del Ruhr. El Bolonia era el que llevaba la iniciativa. El que generaba las ocasiones.
Orsolini, que se fue lesionado en la primera mitad, fue un peligro constante. Santiago Castro fue una pesadilla para los centrales. Ndoye, un rayo por banda izquierda. Gozó de muchas ocasiones el equipo de Vincenzo Italiano, que atraviesa su mejor momento de la temporada, pero fue incapaz de materializar en la primera mitad.
Tuvo que esperar, de hecho, hasta los compases finales para poder encontrar una merecida recompensa. En el minuto 71 comenzó un minuto histórico para el Bolonia.
Fue Dallinga el que dio el pistoletazo de salida al hacer buena la jugada de los suyos, en concreto el pase de Odgaard con una definición perfecta. Y fue Iling Junior el que, apenas segundos después, completó una remontada histórica al aprovechar el nerviosismo del Dortmund y un rechace tras un disparo del propio Dallinga.
Consiguió lo más difícil el Bolonia y no lo dejó escapar. Exhibió una madurez más propia de un equipo habituado a este tipo de partidos que del propio Bolonia. Amarró los 3 puntos con destreza. Y regaló una noche mágica a la ciudad. Merecida tras 7 jornadas algo desafortunadas y como colofón perfecto, pues es su último partido en casa en esta competición por el momento. El Dortmund, por su parte, perdió la oportunidad de acercarse a los octavos de final de la competición.