La posible incorporación de Rubén Martínez, guardameta de Coristanco de 32 años con una amplia trayectoria en Primera y Segunda División, está condicionada a la decisión que tome el Levante con Diego Mariño.
Fuentes cercanas al Sporting del Gijón, el tercer equipo en discordia en este culebrón de porteros, apuntan que Mariño desea recalar en el cuadro asturiano. Y en Mareo tienen claro que deberán abonar una cantidad para hacerse con los servicios del arquero, no será posible conseguirlo a coste cero. De hecho, la postura del Levante es la de no dejar escapar a Mariño por menos de 200.000 euros.
Si finalmente se produce el traspaso, los granotas tratarán de retener a Rubén, su portero suplente.
Tito y Carmelo González, los máximos responsables de la dirección deportiva levantinista, saben que tendrán que acudir al mercado en busca de un cancerbero e incluso contemplan la opción de firmar a dos guardametas, aunque esto último no sea de su agrado.
En cualquier caso, no debe obviarse que Muñiz, nuevo técnico del Levante, fue el responsable de la contratación de Rubén Martínez por el Málaga.
Si Mariño pone rumbo a Asturias, la llegada de Rubén a A Coruña se complicará salvo que el futbolista fuerce la situación.