Con la incorporación definitiva de Sulley Muntari a la disciplina del Deportivo, y dada su presencia en la lista de convocados de cara al partido del viernes ante el Espanyol, se abren nuevos interrogantes para la confección del once de Clarence Seedorf de cara a la lucha por la salvación en lo que queda de temporada.
El futbolista ghanés puede ocupar cualquiera de las dos plazas en el centro del campo, tanto de mediocentro como interior. A priori, las posiciones más ofensivas de la medular no se verían afectadas por la llegada del exfutbolista del Pescara. Sin embargo, los pivotes que habitualmente dibuja Seedorf, con Guilherme/Valverde y Krohn Dehli en la alineación, sí entrarían en la zona de influencia de Muntari.
Dada su edad y su evolución como futbolista, el rol que le pretende dar Seedorf estaría intrínsecamente relacionado a su potencia física. Esa capacidad ayudaría al colectivo a tener más equilibrio, lo que más echa de menos el Deportivo esta temporada. Ninguno de los tres técnicos han conseguido dar con la tecla que haga configurar un rocoso centro del campo, donde las pérdidas sean mínimas y los robos una constante.
Desde la llegada del entrenador nacido en Surinam, el esquema no ha cambiado en exceso respecto al empleado por sus predecesores, pero sí lo hicieron los integrantes del doble pivote. Con Mel y Parralo, Guilherme y Borges eran básicos para el funcionamiento del club; a partir de Seedorf, ambos han perdido protagonismo, cediendo la confianza a Krohn-Dehli y al lesionado Valverde.
Sin el uruguayo, entró en escena Mosquera, que al inicio de la campaña si contó con algunas oportunidades, pero su temporada no termina de encandilar, ni mucho menos. Con ese panorama, la aparición de Muntari deja al futbolista coruñés como una de las últimas opciones para Seedorf, que a pesar de sus buenas palabras en rueda de prensa sólo ha contado con él introduciéndolo desde el banquillo.
El otro gran damnificado puede ser el costarricense Celso Borges. Aunque fue el primer cambio ante la lesión de Fede Valverde, contra el Alavés sólo disputó los últimos 10 minutos cuando el Deportivo se encontraba a la deriva en Mendizorroza, alejado de su antiguo papel en A Coruña, como titular indiscutible.
Ahora, solo Guilherme parece fijo a pesar del nuevo inquilino en el vestuario de Riazor. Aunque el hecho de que Muntari fuera una apuesta exclusiva del nuevo míster hace que la competencia sea aún más dura para los hombres del centro del campo.