Iñigo López ha sido puesto en libertad con cargos (corrupción entre particulares, predeterminación del resultado de competiciones deportivas y cooperación necesaria en un posible delito de estafa por las apuestas) después de declarar y de responder a las preguntas del fiscal y del juez de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Huesca, dentro de la Operación Oikos contra el amaño de partidos a través de las apuestas.
El futbolista del Deportivo deberá abonar una fianza de 75.000 euros –15.000 euros más que las impuestas al exfutbolista Borja Fernández y al presidente del Huesca, Agustín Lasaosa– en el plazo de 10 días y deberá presentarse los días 1 y 15 de cada mes en los juzgados. Además, se le prohibe salir de territorio nacional, se le ha retirado el pasaporte y se le ha obligado a comunicar cualquier cambio de domicilio.
El central había sido detenido por agentes de la Policía Nacional desplazados a A Coruña al estar involucrado en el amaño de partidos tanto en Primera como en Segunda división, perteneciendo, supuestamente, a una organización criminal que tenía como fin la obtención de beneficios a través de las apuestas deportivas.
Además del propio Iñigo López también habían sido detenidos, entre otros, Raúl Bravo, como supuesto cabecilla de la organización, Borja Fernández (Real Valladolid) y Carlos Aranda, que militó en varios equipos de Primera División. Además de estos jugadores y exfutbolistas, también se encuentran involucrados en este suceso Agustín Lasaosa -presidente de la Sociedad Deportiva Huesca- y Juan Carlos Galindo, jefe de los servicios médicos del club oscense.
"La primera instrucción que les he dado (a la plantilla), por decirlo así, es sobre el caso delicado de Iñigo. Transmitirles, para que quede claro para el futuro, que el Deportivo siempre va a defender a sus jugadores independientemente de que la Justicia pueda tomar las decisiones que pueda tomar", dijo ayer miércoles el presidente en la Ciudad Deportiva de Abegondo.