El Deportivo sigue sin conocer la victoria. Los pupilos de Luis César Sampedro no consiguieron romper el resultado inicial en los noventa minutos de encuentro. El Alcorcón se fue de Riazor con un punto siendo visiblemente inferior que el cuadro herculino. A pesar de ello, y de seguir a cinco puntos de la permanencia, el Dépor dejó mejores sensaciones que lo habitual y los cambios se empezaron a notar.
El dibujo del Dépor ya no es el mismo. Luis César Sampedro avisó de que haría cambios y así fue. Cambios de nombres y cambios en el esquema. Un nuevo once salió al terreno de juego el pasado sábado.
Defensa formada por Mujaid y Luis Ruiz en los laterales y por Lampropoulos y Somma en el eje de la zaga. En el centro del campo, Bergantiños hizo de hombre ancla en la posición de pivote, acompañado de Peru Nolaskoain y Vicente Gómez. La banda derecha fue de Víctor Mollejo, la izquierda para Mamadou Koné y la punta de ataque para el italiano Longo.
El conjunto herculino, para sorpresa de todos, dio una imagen de equipo consistente y sobrio. En frente no había un cualquiera: el Alcorcón de Fran Fernández está metido en la lucha por los play off de ascenso. La buena noticia no fue solo no encajar. Dani Giménez apenas tuvo que intervenir en todo el partido. El conjunto alfarero apenas creó peligro en ataque. La solidez defensiva del Dépor pasó por las constantes ayudas en defensa y la gran organización de todo el equipo sin balón.
Por otro parte, el nuevo sistema táctico del equipo permitió las subidas constantes de los lateral al ataque. Las galopadas de Luis Ruiz por la banda izquierda fueron continuas durante todo el partido. El lateral onubense intentó hasta diez centros desde la banda, aunque ninguno tuvo como resultado el gol. Mujaid Sadick también tuvo incidencia en ataque, pero menos que Luis Ruiz porque Víctor Mollejo se adueña él solo de toda la banda derecha.
Estas incorporaciones al ataque de los laterales son posibles gracias a las contantes ayudas defensivas de Vicente Gómez. El centrocampista canario retrasaba su posición cada vez que Luis Ruiz sobrepasaba la altura del centro del campo y se convertía en tercer central junto a Lampropoulos y Somma.