El hombre que estuvo detrás de los seis títulos oficiales del Deportivo de La Coruña (una Liga, dos Copas y tres Supercopas), Augusto César Lendoiro, no tiene duda: se queda con LaLiga, de la que este martes se cumplen veinte años y que celebró con la "mayor fiesta" que vivió en la capital herculina, aunque, como partido, rescata el del 'Centenariazo' ante el Real Madrid.
Han pasado dos decenios de aquello, pero para el piloto que comandaba la nave blanquiazul "parece que fue ayer". Tiene muy frescas todas las imágenes de aquel 19 de mayo del año 2000 en que el club gallego se proclamó campeón y las recuerda en una entrevista con Efe.
Antes del partido ante el RCD Espanyol que le dio el título, estaba "ilusionado, pero temeroso" porque en 1994, también en la última jornada, había visto a su equipo perder una Liga en Riazor, con un penalti que falló en el tiempo de descuento.
Lendoiro no quería que se repitiera el traspié y rompió una de sus reglas en las semanas previas al encuentro que cerró el campeonato. "Solamente bajé una vez en la vida a un vestuario en un entrenamiento y fue unas jornadas antes de finalizar LaLiga", confiesa.
"Fui porque estaba viendo que iba a ocurrir algo parecido a lo del año 94. El equipo se estaba desfondando porque no aguantaba la tensión. Recuerdo decirles que éramos favoritos, el mejor equipo, con el mejor calendario y teníamos todo a favor", revela.
A aquel vestuario que comandaba Javier Irureta le dejó claro que ese título "solo" lo podía "perder" el Deportivo. Palabras a las que resta trascendencia: "No creo que aquello valiese para más que apuntalarlo".
El fantasma del 94 le intimidaba, pero no apareció en el 2000. "Todo era ilusión en la ciudad y al final hubo suerte y acierto", explica Lendoiro, orgulloso de que el Dépor y A Coruña se cobrara "un poco" lo que le "debía" el fútbol. Al echar la vista atrás, considera que podía haber llegado algún campeonato "más". Faltó que el colectivo lo creyera; él estaba convencido.
"Posiblemente nos pasó eso que nos ocurre a los gallegos, que si podemos saltar 2,40 metros decimos que saltamos 2 porque así no fallamos nunca. Creo que nos faltó, no precisamente a mí, que soy un ganador nato y, si pierdo, no pasa nada, esa impronta de decir: podemos ser campeones y no solo en el año 2000", afirma.
Aun así, aquel título le permitió sacarse una espina. "Por lo menos cumplimos con ese objetivo, aunque solo fuera una vez, de estar en el medallero histórico de los grandes clubes españoles", apunta.
Como sucedió con el Valencia CF en el 94, en aquella Liga que tenía en su mano el Deportivo y acabó en las del Barcelona, Lendoiro está seguro de que "el Espanyol estaba primado" en la cita de Riazor, hasta el punto de que, según él, en aquella "gran plantilla" que ganó la Copa, "algunos" hubiesen ingresado "más" por superar al Dépor que "por toda la temporada".
Donato adelantó al Deportivo en los primeros minutos y Makaay anotó el segundo antes del descanso. "Pero quedaba mucho el partido y el fantasma del 94 rondaba por la cabeza hasta el final", admite el expresidente, que incluso sintió miedo cuando el partido expiraba.
"El minuto final fue patético, de enorme tensión para mí. A Naya, el speaker, un fenómeno, se le ocurre decir que por favor la gente no salte al campo. Nada más decirlo, todo el mundo saltó al césped y durante unos segundos tuve el temor de pensar: ¿y si se le ocurre al árbitro suspender el partido y por invasión del terreno de juego ya nos somos campeones?".
Aquella invasión de campo tuvo su parte buena para Lendoiro. No le dio "tiempo a bajar al vestuario", donde los jugadores se tiñeron de rubio. Así que celebró haber tenido que quedarse en el palco: "Sabía que, si bajaba al vestuario, o te llevabas la gran ducha, o el cava, el champán o la gaseosa, pero ibas a terminar muy mal".
Después, una larga noche. "Fue una fiesta increíble, la mayor fiesta histórica que recuerdo en A Coruña, y ya voy camino de los 75 años. Puede ser, porque esa no la disfruté, como la de la victoria de María Pita (defendió a A Coruña de los británicos en el siglo XVI), pero una mucho más festiva y sin tanto riesgo de sangre como la otra", precisa entre risas.
Él, junto a su mujer, aguantaron, como suelen hacer -dice-, hasta el final de la fiesta nocturna, a las 11 de la mañana del día en el que los festejos regresaron con otro paseo por la ciudad con final, precisamente, en la Plaza de María Pita. "Fue un momento verdaderamente de esos que te quedan grabados en la vida", resume.
Para él, que celebró los seis títulos que tiene el club, LaLiga es "el mejor, sin ninguna duda", y solo podría haberlo superado la Liga de Campeones, que vio "muy cerca" dos temporadas. En un nivel inferior, la épica de la primera Copa del Rey, con "diluvio universal" que obligó a disputarla en dos días, y la del 'Centenariazo', ante el Real Madrid.
"Para mí, ese fue el partido más significativo de la historia de A Coruña porque le ganas, en su casa, en su centenario y en el de la Copa, al equipo reconocido por la FIFA como el mejor del mundo. Eso queda ahí, pero no hay que olvidar que LaLiga es LaLiga. El título más importante es LaLiga y el partido más importante, el 'Centenariazo'", insiste.
A su juicio, haber conquistado el título con 69 puntos, la cantidad más baja con el triunfo a tres puntos, no le resta valor; al contrario.
"El nivel que tenía LaLiga en aquel momento no tendría absolutamente nada que echar en falta a la actual. Por eso todo el mundo perdía puntos en muchos sitios", explica Lendoiro, que recuerda que ese año bajó el Atlético con un "grandísimo equipo".
El expresidente deportivista, defensor de que el que no arriesga no gana, considera que "a día de hoy" sería "más fácil" la gesta del Deportivo en aquellos años de gloria "por la distribución de los recursos derivados de los derechos televisivos".
"En aquel momento si el Madrid o el Barcelona cobraban 170 millones; el Dépor, la décima parte. Hoy, el subcampeón cobra una cifra próxima a la del campeón y el tercero, también. Eso, unido a lo derivado de la 'Champions', podría situar al Deportivo de mi época hoy en día en 400 millones de presupuesto y te permitiría luchar de tú a tú con cualquier club", arguye.
Por eso, anuncia, quien "se lo plantee de verdad puede conseguir grandes logros". A saber lo que él habría conseguido con esa cifra de negocio.