29 años después de aquel histórico ascenso del Deportivo, el presidente de la entidad herculina en aquella época ha querido enviar un mensaje al actual consejo de administración. Augusto César Lendoiro ha hecho público un comunicado apelando a la unión y refiriéndose a las discrepancias surgidas en los últimos meses con el consejero Miguel Otero.
El comunicado de Lendoiro
"¡Qué distintos escenarios los del deportivismo de hoy y los del 10 de junio de 1991! Hace 29 años retumbaba una frase en la abarrotada María Pita, “Barsa, Madrid, ya estamos aquí”. Era un día después del histórico ascenso que abría la puerta a más de una década prodigiosa, tras casi 20 años de “longa noite de pedra” por Segunda, Segunda B y Tercera.
Ese fiesta colectiva poco tiene que ver con el escenario que vivimos hoy. Ni en lo deportivo -luchando por mantenernos en Segunda- ni en lo social -muy distante de aquella unión, sin fisuras, que se palpaba en la celebración más ansiada- porque la actualidad del club, dejando aparte el fútbol en suspenso, se centra en accionistas divididos por las declaraciones de Miguel Otero sobre las cuentas.
Miguel Otero, durante su entrevista sobre la deuda del Dépor (Foto: EFE).
Hace una semana escribía intentando aunar distintas posturas, pero, o bien no supe explicarme, o bien algunas personas, a las que iba dirigido, no lo llegaron a entender. Intentaré aclarar mejor este asunto que estimó de vital importancia, no solo para el Depor, sino también para los que parecen no darse por aludidos, quizás al tener yo que hablar entrelíneas para no provocar actuaciones posteriores, no deseadas, por parte de terceros, que pueden hacer peligrar a personas y entidades.
Yo planteaba una alternativa que entendía podía satisfacer a todos (club, banco, accionistas) pero a la vista de las reacciones de los actores principales, parece que no gustó. Al mismo tiempo, también valoraba de forma positiva la capitalización de Abanca, aunque, a tenor de la reducción real de la deuda, parecía lógico modificar la capitalización y estudiar reducir la deuda concursal, única forma prevista por LaLiga para mejorar de forma sustancial nuestro límite salarial de las próximas temporadas, algo básico para alcanzar el gran objetivo del ascenso.
Lo primero para lograrlo es intentar mantener esa unidad que, quizás aún prendida con alfileres, se ha podido conseguir en 2020, con la llegada de Vidal y Vázquez, y que en estos momentos parece que está en serio peligro. Mi esperanza es servir de puente entre esas dos orillas que hoy parecen distantes. No sé si lo conseguiré, pero seguro que no será por no intentar unir a los distintos sectores del deportivismo a través del diálogo, a pesar de que existen los que rehusan encuentros para lograrlo.
Fernando Vidal y su consejo de administración (Foto:RCD)
Alguno no entiende que no se trata de buscar culpables, sino encontrar soluciones. Me duelen las “voces” que, desde Plaza Pontevedra, me ven, y sin recato alguno lo propagan, como el inductor de las denuncias de Miguel Otero, cuando, vuelvo a reiterar, que, tanto en lo bueno, como en lo malo, sólo a él se le deben imputar. Lo único que trato de evitar es que un sector lo vilipendie y lo trate de arrinconar en la esquina, porque, conociéndolo, es posible que trate de salir de las cuerdas como sea. Y eso, creo, sería muy peligroso para el Depor.
Por eso estas líneas están dirigidas a los que saben “leer y escribir”, y deciden, sobre el tema, sin olvidar a los que, aún estando en “el catón”, quieran conocer la verdad sobre un asunto que debería preocupar seriamente a todos los deportivistas.
Porque, aunque se comenta que es posible que se regularicen las cuentas al final de este ejercicio, puede que ya sea demasiado tarde. Por eso pretendo evitar que el asunto se judicialice, por el grave riesgo que corren consejeros que firmaron desde hace años, y otros que todavía pueden firmarlas, muchos de ellos con un total desconocimiento, pero ya se sabe aquello que “el que firma, panda”.
También deseo dejar claro el trabajo de Miguel Otero, y su equipo, en torno a las números del Depor, con el fin de ofrecerle a Abanca, como comprador, la situación real de la sociedad, al tiempo de indicarle las ventajas que podrían obtener, club y banco, a través de una actuación económica que mejorase de forma sensible el límite salarial, lo que facilitaría mucho el ansiado ascenso a Primera.
Lendoiro junto al Título de Liga del Deportivo (Foto:RCD)
El grave problema de hacer el avestruz, e intentar cerrar las cuentas en falso, es que el tema acabe en el juzgado de lo penal, con costes personales, económicos, sociales, mediáticos... no sólo para los directivos, y altos ejecutivos, de los consejos de Tino Fernandez, Paco Zás, ...sino también para las responsabilidades que tendría que asumir el propio R.C.Deportivo y, por ende, Abanca.
Y uno que sabe, al igual que todo mi consejo, por la denuncia de un accionista, que puede ver ahora a un familiar muy directo en la misma situación -Dios y el Depor no lo quieran- lo que se sufre estando simplemente investigado en un juzgado cuatro años, pretende que ningún consejero pase por algo similar, por falta de diálogo.
Se está a tiempo de solucionar todo: la responsabilidad de muchos, incluida la del Depor, y la valoración social del consejero, pero los plazos están a punto de vencer. Dejar en el olvido la decisión que, en otras ocasiones similares, ha tomado Miguel Otero, creo que sería muy peligroso y la situación no aconseja jugar a la ruleta rusa
Como el hierro de una ganadería, debe grabarse entre nosotros, para que nadie se pueda llamar a engaño, “el que avisa no es traidor”. Por el bien del Deportivo parece el momento de recordar esa canción de mi juventud y todos entonemos “olvidemos nuestro enfado y volvamos al amor”...como aquel idilio deportivista de hace 29 años"